Rompiendo el protocolo anterior, Sánchez aceptó su cargo dentro del Palacio de la Zarzuela descartando la Biblia y el crucifijo.
A primera hora de este sábado el dirigente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, juramentó su cargo de presidente del Gobierno ante el rey Felipe VI.
Luego de haberse aprobado en el Congreso de los Diputados la moción de censura en contra del ahora ex presidente Mariano Rajoy, involucrado en el caso “Gürtel” donde políticos y empresarios fueron acusados de formar una red de corrupción; el dirigente socialista realizó el juramento en un acto en el que estuvo presente Rajoy y las principales autoridades del Estado.
Rompiendo el protocolo anterior, Sánchez aceptó su cargo dentro del Palacio de la Zarzuela descartando la Biblia y el crucifijo, y señaló cumplir fielmente las obligaciones del cargo.
El nuevo presidente del Ejecutivo se acogió a esta opción que fue acordada por la Casa del Rey en julio de 2014, poco después de la proclamación de Felipe VI, para dar la opción a los altos cargos de jurar o prometer ante la Biblia y la cruz o sin ellas delante.
Sánchez se define como ateo y firme defensor de que España sea un estado laico, de retirar la obligatoriedad del estudio de la religión de los colegios públicos y de revisar el Concordato con el Vaticano.
“Prometo, por mi conciencia y honor, cumplir fielmente con las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno, con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros”, afirmó.
Al término de la promesa, el rey Felipe VI dio la enhorabuena a Sánchez, quien también saludó a Mariano Rajoy ante el monarca.
El Congreso de los Diputados aprobó la Moción de Censura en contra de Rajoy, quien ahora es líder de la oposición, por 180 votos a favor, 169 en contra y una abstención.
La moción de censura es la primera que se aprueba en el actual periodo democrático en España, tras las que fracasaron contra Adolfo Suárez en 1980; contra Felipe González en 1987; y la de 2017 que puso el izquierdista Pablo Iglesia contra Rajoy.
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