Joseph Merrick tuvo una historia de cuento, y no precisamente de hadas. Esta es la extraña enfermedad que padeció
Joseph Merrick mejor conocido como “El Hombre Elefante”, nació un 5 de agosto de 1862 en Leicester, Inglaterra, y falleció en Londres el 11 de abril de 1890.
Como una historia de cuento, y no precisamente de hadas, su vida estuvo plagada de fuertes experiencias. Según sus propias palabras, la deformidad que padecía no comenzó a notarse sino hasta sus 5 años de edad y tuvo que abandonar la escuela a los 11 años, cuando su madre falleció.
A partir de entonces, la desgracia comenzó a perseguirle, pues su padre
Joseph Rockley, se casó con otra mujer, quien lo trataba con desprecio. Un texto encontrado entre sus pertenencias que él escribió decía: “Junto con mi deformidad ella fue la razón por la que mi vida fue una miseria absoluta. Se burlaba y se mofaba tanto de mí que no volvía a casa para las comidas sino que permanecía en la calle con el estómago vacío”.
Al sentirse rechazado, comenzó a trabajar a los 13 años para no tener que estar en casa. Consiguió empleo en una tabaquería, pero pronto se dio cuenta de que los brazos le pesaban demasiado para continuar, además en las calles la gente lo miraba raro.
Entonces la deformidades comenzaron a ser más evidentes, y buscó ayuda en la ciencia. A los 20 años se internó en el hospital Leicester y ahí le realizaron la primera operación, le extirparon una extraña protuberancia de su labio superior y su nariz, por la cual recibió el apodo de “hombre elefante”.
Después de dos o tres años de estudios, se convenció de que nada podría cambiar su condición y optó por sacar ventaja de su cuerpo.
Merrick se percató de la curiosidad que despertaba su aspecto y pensó en cobrar por exhibirse. Así fue como conoció a Sam Torr, un director circense que inmediatamente vio en él un gran negocio.
El cirujano Frederick Treves buscaba casos extraños de la medicina para estudiarlos y así fue que contactó a Merrick. Su deformidad genética era notoria con tan solo mirar su esqueleto, pero estaba limitada a partes de su cuerpo. Su cráneo tenía protuberancias de hueso en la parte delantera y derecha. Su brazo y mano derecha eran mucho más grandes que su extremidad izquierda, que lucían normal. Y su fémur derecho era más grande y grueso que el izquierdo. Su columna tiene una curva pronunciada, lo que hace que todo el cuerpo sea encorvado.
Después de buscar ayuda con la comunidad médica de Londres, nadie pudo dar un diagnostico certero y la salud de Merrick se vio afectada. Vivió un tiempo en el hospital hasta que le avisaron que no podían mantener internados a pacientes con casos incurables.
El cirujano Treves en un intento por ayudar al “Hombre Elefante” hizo un llamado a la sociedad y logró conmoverlos con su historia, comenzaron a visitarlo e incluso mandarle donativos.
Obtuvo también la ayuda de la Princesa de Gales y el Duque de Cambridge que pagaron su tratamiento para que el doctor Frederick Treves ayudará a su condición, sin embargo al no saber qué le pasaba, su enfermedad empeoró hasta que Joseph murió a los 27 años, como consecuencia de un dislocamiento cervical y asfixia provocada por el peso de su cráneo sobre la tráquea.
Su corta vida fue triste y dolorosa, pero pasó sus últimos días llorando de alegría al recibir las visitas de sus benefactores.
El cirujano Frederick Treves murió en 1923, sin saber qué enfermedad tuvo su paciente y amigo, Joseph Merrick. Pero confió en que sus futuros colegas junto con el avance de la ciencia encontrarían la respuesta.
Hoy se sabe que Merrick padeció el Síndrome de Proteus, y él es el caso más grave conocido hasta el momento.
El Síndrome de Proteus es una enfermedad congénita que causa un crecimiento excesivo de la piel y un desarrollo anormal de los huesos, músculos, tejido adiposo, vasos sanguíneos y linfáticos. Normalmente acompañados de tumores en más de la mitad del cuerpo y puede afectar a ambos sexos por igual.
Dicho síndrome es extremadamente raro. Desde 1979, sólo se han confirmado poco más de 200 casos en todo el mundo.
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