Angela Merkel, realizó una visita al Salón del Automóvil de Fráncfort, señalando a los principales actores del sector que mucha de la confianza en la industria automotriz había sido destruida por recientes escándalos y era vital recuperarla, por el bien de todos los involucrados.
La canciller alemana, Angela Merkel, realizó el jueves una visita de dos horas al Salón del Automóvil de Fráncfort del Meno, diez días antes de las elecciones generales en las que busca un cuarto mandato.
En el IAA, que cada año se celebra en la capital financiera de Alemania, Merkel se reunió con los líderes de la industria automovilística nacional, que emplea a unas 800,000 personas y que a menudo se considera un barómetro de la economía alemana.
Merkel se enfrentó a presiones de sus críticos por estar presuntamente demasiado cerca de los poderosos fabricantes de automóviles, en un esfuerzo por mantener puestos de trabajo y aumentar el producto interno bruto (PIB) del país.
La canciller le dijo a los ejecutivos de la industria del automóvil que mucha confianza había sido destruida. “Es por eso que la industria debe hacer todo lo posible para recuperar la confianza – en su propio interés y el de los empleados y la industria alemana en su conjunto”.
No obstante, alabó a los fabricantes por sus esfuerzos actuales para promover la conducción automatizada, la movilidad eléctrica y los conceptos de movilidad urbana, pero también abordó los daños que VW y otros han causado a través de varios escándalos de emisiones y coaliciones que minan la libre competencia.
La industria se enfrenta a posibles prohibiciones de circulación para vehículos diésel en las ciudades, así como reclamaciones de compensación, y los ejecutivos se han refugiado en las grandes promesas de un futuro eléctrico e híbrido.
Los titanes alemanes Volkswagen, BMW y Daimler anunciaron programas de vehículos eléctricos de largo alcance, con la esperanza de alcanzar ambiciosos objetivos de ventas de automóviles electrónicos con una avalancha de nuevos modelos hacia mediados de los 2020. Pero esos objetivos serán difíciles de cumplir, dadas muchas desventajas tales como largos tiempos de recarga y baja autonomía de los vehículos.
Merkel señaló que la industria enfrenta a muchos desafíos, como los rumores en ei sentido de que China podría prohibir los motores de combustión. Pero la canciller predijo que los motores de combustión todavía serían necesarios como una tecnología de puente durante décadas, y resaltó que la demanda está en auge en muchas partes del mundo.
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