Ayer martes, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, recibió al ex mandatario, a quien calificó como un gran amigo
El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió esta mañana con el ex mandatario de Brasil, Lula da Silva, en Palacio Nacional, en un encuentro que previamente había calificado como “de amigos”.
El ex presidente se encuentra en México desde ayer y en su agenda tiene contempladas reuniones con varios líderes partidistas, así como con López Obrador, quien celebró la visita del político brasileño y refrendó el compromiso a mantener buenas relaciones con ese país.
“Nos da mucho gusto que esté de visita el ex presidente de Brasil, Lula da Silva, que esté en México, llegó ayer, tiene actividades en el país según me han informado y nos vamos a reunir mañana, vamos a desayunar aquí en Palacio Nacional, va a estar varios días”, dijo ayer en su conferencia mañanera
Tras la reunión, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó como “fraterno” el encuentro con el exmandatario brasileno.
Ayer martes, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, recibió al ex mandatario, a quien calificó como un gran amigo de México y de la causa de la justicia, en el aeropuerto. Indicó que en México se le quiere y respeta a Da Silva, y manifestó su alegría por verlo en el país.
Lula da Silva buscará otra vez ocupar la presidencia de Brasil y, de acuerdo con encuestas, se mantiene como claro favorito para las elecciones de octubre próximo, con un 42.2 por ciento de la intención de voto, frente al 28 por ciento que obtendría el actual gobernante, Jair Bolsonaro.
El sondeo fue encomendado por la Confederación Nacional del Transporte (CNT, patronal) a la firma MDA y coincide con todos los publicados en los últimos meses, que le atribuyen a Lula el apoyo de más del 40 por ciento del electorado y sitúan a Bolsonaro con menos de un 30.
López Obrador le dio un recorrido a Da Silva por los salones y pasillos del recinto histórico, tal como lo hizo con los reporteros la semana pasada.
A ambos se les vio por el balcón principal de Palacio Nacional, pero en ningún momento lo abrieron. Más de cuatro horas después, el político brasileño se retiró de Palacio Nacional sin dar declaración y en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.