Religiosos pidieron al presidente de México revisar su estrategia de seguridad y señalaron que el país está invadido por la violencia
El presidente Andrés Manuel López Obrador acusó que hasta a los religiosos se les olvidó el “mátalos en caliente” durante el sexenio de Felipe Calderón.
Este lunes, el titular del Ejecutivo señaló que los religiosos se les ha olvidado que durante el calderonismo se remataba heridos durante la “guerra contra el narcotráfico”.
“Incluso hasta a los religiosos, con todo respeto, que no siguen el ejemplo del papa Francisco porque están muy apergollados por la oligarquía mexicana”, recordó en la manañera
Esto, luego de las críticas que se generaron en contra de su estrategia de seguridad ‘abrazos no balazos’ por el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Cerocahui, Chihuahua la semana pasada.
El mandatario federal destacó que la Oposición y sus «achichincles» refieren que su plan de seguridad ha fracasado, por lo que piden el cambio de enfoque, solicitud a la que se ha sumado incluso la Iglesia pero
“No vamos a cambiar nuestra estrategia de atender las causas de la violencia y no hacer lo de antes que se quería enfrentar la violencia con la violencia porque eso fue una estrategia fallida”, dijo en Palacio Nacional
De tal suerte, abundó, de que se si se hubiera continuado con ese enfoque «inhumano», México estaría en peor situación: “El país estaría en completa descomposición, ingoblernable, pero todos esos no dicen nada”.
La Iglesia católica en México llamó este domingo al Gobierno a revisar su estrategia de seguridad, tras los asesinatos de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas, ocurridos el pasado lunes en el estado de Chihuahua, y señaló que en el país corre un río de sangre por la creciente violencia e impunidad.
El lunes, Javier Campos Morales, de 79 años, y Joaquín Mora Salazar, de 80, intentaron auxiliar y brindar protección al guía de turistas Pedro Palma, quien entró en la iglesia huyendo de personas armadas, por lo cual fueron asesinados.
El asesinato de los sacerdotes jesuitas refuerza el llamado a examinar la estrategia de seguridad en México, pues vivimos una ola de violencia histórica: el número de asesinatos en lo que va del sexenio supera las 122 mil personas”, señaló la Arquidiócesis de México en su editorial del semanario ‘Desde la fe‘ de este día.
El órgano católico señaló que es grande el dolor que dejan sus muertes, “pero más grande es el dolor de saber que son miles de muertos en México“.
Además, reprodujo las palabras del representante en México de la Compañía de Jesús, Luis Gerardo Moro, quien el sábado dijo que “la sangre de Pedro, Javier y Joaquín se une al río de sangre que corre por nuestro país”.
“Queremos justicia y queremos paz. Queremos un México seguro y queremos ver el fin de esta vergonzosa impunidad. Si en 72 horas lograron recuperarse los cuerpos de 2 sacerdotes y un laico, y avanzar en las averiguaciones, ¿por qué no hacer esto con tantos y tantos casos impunes?”, dijo Moro.
La Arquidiócesis de México señaló que la promesa (de las autoridades) de atrapar al asesino de estos sacerdotes jesuitas ya “no es suficiente”, pues atrapar a un líder del crimen organizado no resolverá la violencia en México”.
“Queremos una promesa de un mejor futuro, donde reine la paz y la justicia, donde la impunidad sea nula y donde las personas puedan caminar seguras por las calles”, apuntó.
Recordó que en su más reciente mensaje, los Obispos de México llamaron a un diálogo nacional con el propósito de emprender acciones concretas que construyan este camino a la paz.
“Suscribimos este llamado: queremos trabajar en conjunto para construir puentes, dejar atrás la polarización y reconstruir el tejido social en beneficio de un México mejor”, finalizó.
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El sábado, en la misa de cuerpo presente celebrada por la muerte de los sacerdotes jesuitas, religiosos de esa congregación pidieron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, revisar su estrategia de seguridad y señalaron que el país está invadido por la violencia.
“Respetuosamente pido, pedimos, señor Presidente de la República, revise su proyecto de seguridad pública, porque no vamos bien, y esto es clamor popular”, dijo el sacerdote jesuita Javier Ávila, líder de la comunidad en Cerocahui, Chihuahua, durante la misa.
El jueves, López Obrador prometió que se investigará “a fondo” el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y ofreció recompensa por el presunto homicida.
Ese mismo día, autoridades del estado mexicano de Chihuahua, Guardia Nacional y Ejército mexicano aprehendieron, en el municipio Urique, a César Iván P. P., quien fue identificado como primo de José Noriel Portillo Gil, conocido como El Chueco, y quien está relacionado con los tres asesinatos.
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CAB