El presidente propuso la idea de modificar la legislación de manera que, en situaciones en las que los fiscales independientes no rindan frutos, puedan ser destituidos de sus funciones.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha señalado que los fiscales generales de justicia operan sin supervisión y han adquirido un poder excesivo que subyuga a otras ramas del gobierno. Ante esta situación, el presidente ha propuesto la importancia de modificar la legislación de tal manera que, en situaciones en las que los fiscales autónomos no produzcan resultados, como ha ocurrido en Guanajuato y Morelos, puedan ser destituidos de sus responsabilidades y se designe a otra persona que pueda ofrecer resultados y rendir cuentas de su desempeño.
Según López Obrador, la legislación que estableció a los fiscales autónomos fue parte de un plan que considera como poco transparente, promovido por organizaciones de la sociedad civil de dudosa legitimidad. Esto se debió a que permitió la intervención de los gobernadores de esa época en la selección de aquellos que asumirían la responsabilidad de enjuiciar delitos en sus respectivos estados. Además, otorgó la posibilidad a los fiscales de ser reelegidos por un período de hasta nueve años.
Como en ocasiones anteriores, el presidente expresó su desaprobación ante la continuidad de Carlos Zamarripa Aguirre como fiscal general de justicia en Guanajuato, señalando que la situación de seguridad en el estado sigue deteriorándose, lo que plantea interrogantes sobre su permanencia en el cargo.
López Obrador reveló que hace dos años, en una conversación privada y sin testigos, solicitó al gobernador del PAN que destituyera al fiscal debido a la falta de resultados en la lucha contra la inseguridad.
El presidente informó que al día siguiente de su petición al gobernador, el fiscal Carlos Zamarripa llamó al entonces consejero jurídico de la presidencia de la república, Julio Sherer Ibarra. En esa llamada, Zamarripa expresó su decisión de no renunciar a su cargo como fiscal.