Las plantas de Brockdorf, Emsland y Gröhnde, que se encuentran al norte de su territorio, funcionarán hasta este próximo 31 de diciembre
Alemania inició el cierre de la mitad de seis plantas nucleares que siguen operando, un año antes que el país ponga fin al uso de energía atómica que se extendió por décadas.
La decisión de eliminar gradualmente la energía nuclear y cambiar de combustibles fósiles a energía renovable fue tomada primero por el gobierno de centroizquierda de Gerhard Schroeder en 2002.
Su sucesora, Angela Merkel, dio marcha atrás a su propia decisión de extender las operaciones de las plantas nucleares alemanas tras el desastre de Fukushima registrado en Japón en 2011 y estableció el año 2022 como la fecha límite para su cierre definitivo.
Los tres reactores, que están siendo cerrados empezaron a funcionar a mediados de la década de 1980. Juntos, brindaron electricidad a millones de hogares alemanes durante casi cuatro décadas.
Según información de DW, Alemania anunció que las plantas de energía atómica de Brockdorf, Emsland y Gröhnde, que se encuentran al norte de su territorio, funcionarán hasta este próximo 31 de diciembre de 2021.
De hecho, para finales del próximo año, también dejarán de operar las de Neckarshaim 2, Isar 2 y Gundremingen C, en el sur, con lo que se convertirá en el primer país europeo sin energía atómica.
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Una de las plantas —Brokdorf, localizada a unos 40 kilómetros (25 millas) al noroeste de Hamburgo, en el Río Elba— se convirtió en un foco particular de las protestas antinucleares que estallaron a raíz de la catástrofe de 1986 en Chernóbil, en la Unión Soviética.
Las otras dos plantas se encuentran en Grohnde, aproximadamente a 40 kilómetros al sur de Hannover, y Grundremmingen, a 80 kilómetros al oeste de Múnich.
Las tres plantas nucleares restantes en Alemania —Emsland, Isar y Neckarwestheim— serán detenidas para finales de 2022.
Las plantas atómicas cerrarán luego de que se realizara un consenso en el que los únicos en contra fueron los ultraderechistas AfD.
Ttodo comenzó en 1998, con varios conflictos políticos, ya que los socialdemócratas habían sido, hasta la década de los ochenta, partidarios de utilizar energía atómica; aunque todo cambió con el aumento de la protesta antinuclear impulsada por el accidente de Chernobil en 1986.
Tras el consenso se creó una ley en 2001, con la cual se estableció que toda central debía desconectarse después de 32 años de funcionamiento. Tan solo un añito después, en 2002, la energía atómica representaba más o menos un 30 % de la matriz energética en Alemania, mientras que el carbón 52 % y las energías renovables 8 %.
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CAB