Al recorrer las calles de la Alcaldía Cuauhtémoc se puede constatar que nadie pone de su parte para aminorar el desorden vehicular de la zona
Caos vial, contaminación visual y riesgos por choques o atropellamientos, es lo que impera en las inmediaciones del edificio de la alcaldía de Cuauhtémoc en la Ciudad de México.
Al recorrer las calles de la demarcación, se puede constatar que ni las autoridades locales, ni policías ni tampoco franeleros, ponen de su parte para aminorar el desorden vehicular de la zona.
En la esquina de la calle Mina y Aldama, es fácil observar desde años atrás, y por tradición, a toda una hilera de automóviles estacionados en batería sobre una calle estrecha que no permite el paso libre.
En ese punto también los peatones tienen dificultades para transitar, pues constantemente se pueden observar camionetas y patrullas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, que por falta de lugares y orden, se estacionan a veces hasta en segunda y tercera fila.
¡Caos vial en la alcaldía Cuauhtémoc! Las propias autoridades complican la movilidad y convierten el tránsito en una pesadilla #AbreLosOjos @FranciscoZea por @ImagenTVMex pic.twitter.com/M5dYzpoqlh
— imagenzea (@imagenZea) October 4, 2019
Incluso ahí mismo hay un espacio destinado de manera improvisada para funcionar como estacionamiento de motocicletas y motonetas, cuya expansión acapara las cebras peatonales que imposibilita el cruce de la gente.
El conflicto más severo se presenta sobre Aldama, a la altura de la Fiscalía Desconcentrada de Investigación en Cuauhtémoc de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX), y donde también se encuentra el Juzgado Cívico CUH-2.
Esa vialidad de varios carriles, literalmente se ve obligada a formar una sola línea de vehículos que avanza a vuelta de rueda, misma que proviene desde la calle Violeta.
Hay autos siniestrados, otros más abandonados, desmantelados, taxis con ficha de investigación, transporte de carga de la alcaldía, camionetas de Servicios Periciales y hasta un microbús descuidado, lo que a la vista forma una especie de corralón gigante sobre la vía pública.
Finalmente, estas circunstancias fuerzan a otros automóviles a estacionarse equivocadamente obstruyendo entradas con rampas a domicilios particulares y hasta subirse a las banquetas.
Con información de Atalo Mata Othón
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