Pese la treta, todo el grupo que se brincó la cuarentena total terminó detenido y, al parecer el alcalde estaba ebrio en el momento de su arresto
Entre las muchas historias que nos ha dejado la pandemia por el COVID-19, sobresale la que protagonizó un alcalde de Perú, en la región Huancavelica, en la parte central del país.
El político de un lugar llamado Tantará, protagonizó una grotesca noticia cuando se metió en un ataúd, con los ojos cerrados y la mascarilla facial puesta, para así tratar de evitar ser detenido por la Policía.
De nombre Jaime Rolando Urbina Torres, el lunes por la noche violó el toque de queda que impera en Perú, para salir a beber junto con otras personas en un almacén, burlando también la orden de distanciamiento social.
Cuando los agentes acudieron, el alcalde se metió a un féretro fingiendo ser una de las víctimas mortales del COVID-19, al igual que el resto de sus acompañantes.
El alcalde de Tantará en Huancavelica, Jaime Urbina Torres, fue intervenido por la Policía cuando libara licor, sin embargo para evitar su detención, se escondió dentro de un ataúd para que creyeran había fallecido por #coronavirus.
— Carlos Javier León Ugarte (@carlosjavierlu) May 20, 2020
Foto: Esteban Saldaña @diariocorreo pic.twitter.com/CoorlRRisd
Pero a pesar de la treta de mal gusto, todo el grupo que se brincó la cuarentena total terminó detenido y, al parecer, Urbina Torres se encontraba ebrio en el momento de su arresto, lo que se suma al historial que ha tenido ante la crisis sanitaria en su distrito, siendo seriamente cuestionado por su gestión.
Así, el 9 de mayo fue obligado a comparecer en una reunión comunal de emergencia para atender a las denuncias de desatención durante la pandemia por parte de sus vecinos, además que ha sido acusado de solo permanecer en Tantará apenas una semana, durante los primeros 54 días del estado de alarma. Hecho que ha sido negado por él, alegando que habría abandonado la localidad para realizar gestiones necesarias.
IPR
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