Dentro del panorama de crisis que enfrenta el mundo, el Tratado podría traer beneficios para algunos sectores.
La entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se da en un contexto retador, pero lleno de oportunidades.
Así lo afirmó Luz María de la Mora, subsecretaria de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía.
“Desde que inició la administración del presidente Donald Trump en 2017, su gobierno optó por impulsar políticas proteccionistas, realizó diversas escaladas comerciales de aranceles contra sus principales socios, como China, e incluso, antes de que la pandemia del COVID-19 surgiera, ya había muchas tensiones, lo que afectó los flujos comerciales y las cadenas globales de valor”, dijo.
Además de la guerra comercial entre las dos principales potencias del mundo, De la Mora mencionó que el Brexit también ha generado tensiones en la Unión Europea y a nivel global, pero la “gota que derramó el vaso”, fue la pandemia del coronavirus.
“Vivimos un shock de oferta y demanda, se estima que el crecimiento económico a nivel global disminuya 3 por ciento este año, pero el pronóstico podría ser más dramático”, indicó.
En el caso de México, el Banco de México estima que la contracción del PIB será entre 4.6 y 8.8 por ciento en 2020; el FMI dice que caerá 10.5 por ciento.
Sin embargo, ante el desalentador panorama, Kenneth Smith Ramos, exnegociador del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), señaló que los resultados de la negociación del T-MEC fueron positivos para México, en un balance general.
El T-MEC logró integrar 10 nuevos capítulos de los 34 que lo conforman, de los cuales destacan los dedicados a aduanas y facilitación del comercio (capítulo 7), anexos sectoriales (12), comercio digital (19), laboral (23), medio ambiente (24), pequeñas y medianas empresas (25), competitividad (26), anticorrupción (27), buenas prácticas regulatorias (28) y política macroeconómica (34).
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