Miguel Cardona Valdivia pide a las autoridades que acepten su incapacidad para gobernar y cuestiona la estrategia de seguridad de ‘abrazos no balazos’
El sacerdote Miguel Cardona Valdivia, de la parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón en la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, ha criticado abiertamente al presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, por minimizar la creciente violencia en el estado. La controversia inició cuando un video de su homilía, en el que cuestiona la estrategia de seguridad “abrazos no balazos”, se volvió viral. Poco después, surgieron rumores de su secuestro y desaparición, lo que él mismo desmintió a través de un video emitido por la Arquidiócesis.
“Quiero agradecer a Dios y a ustedes sus muestras de solidaridad por mi integridad. Es totalmente falso que alguien me haya hecho alguna llamada para amedrentarme y mucho menos que me hayan secuestrado”, declaró el sacerdote, quien afirmó estar en buen estado y continuar con sus actividades cotidianas en la parroquia.
En su homilía más reciente, el padre Cardona recriminó a las autoridades federales y estatales por no reconocer la gravedad de la violencia que afecta a Chiapas, la cual ha provocado el desplazamiento forzado de numerosas familias. Acusó al presidente y al gobernador de tachar los reportes sobre violencia como propaganda en contra de sus administraciones.
Te puede interesar: Violencia deja sin clases a 300 mil alumnos de la Sierra en Chiapas
“Yo quiero que en esta oración del Padre Nuestro pidamos por nuestras autoridades de los tres niveles. Se manifiesta esta necesidad (violencia) allá a nivel federal con el presidente de la República y dice que él tiene otros datos, que no es cierto, se va con el gobernador de aquí y dice que es propaganda de los medios de comunicación que le traen mala voluntad”.
“Si no pueden gobernar, pues que digan, pero que por lo menos acepten que no pudieron, salgan con un poco más de dignidad”, exhortó durante su sermón, añadiendo que los sacerdotes en las zonas rurales, donde el conflicto entre grupos criminales es más intenso, son quienes están viviendo esta realidad en carne propia.
Cardona también cuestionó la pasividad del Ejército y la Guardia Nacional frente a la escalada de violencia, sugiriendo que sus funciones parecían más simbólicas que efectivas. “El Ejército desfilará el 16 de septiembre con sus armas, ¿para qué? ¿Para asustar al pueblo si decide levantarse?”, comentó.
“Va a venir ahora el 16 y son vedettes desfilando con sus metralletas. ¿Para qué?, ¿Para qué les sirve sus metralletas y sus riflitos?, Para decirle si el pueblo se levanta: miren lo que les va pasar”.
El sacerdote también señaló que la Iglesia no puede permanecer en silencio ante la situación actual, expresando su preocupación por las órdenes recibidas por las fuerzas de seguridad. Invitó a los feligreses a orar por las autoridades, pero a exigirles más dignidad en sus acciones y palabras.
Chiapas ha vivido en los últimos tres años una grave crisis de seguridad provocada por enfrentamientos entre cárteles de la droga, lo que ha generado ejecuciones, desapariciones, secuestros, bloqueos y el desplazamiento de miles de personas, especialmente en las regiones fronterizas, la sierra y la frailesca.
Movilización por la paz el 13 de septiembre
En respuesta a esta situación, la Iglesia Católica, a través de sus tres diócesis en San Cristóbal de las Casas, Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, ha convocado a una peregrinación por la paz en la capital del estado. El obispo de la Arquidiócesis de Tuxtla, Rodrigo Aguilar Martínez, ha denunciado en varias ocasiones la inacción de las autoridades ante el sufrimiento de las víctimas de la violencia, que en muchos casos han sido obligadas a desplazarse o a unirse a grupos criminales.