Cansada de no poder acudir al parque con la regularidad que lo hacía para tomar el sol y esparcir la vista y la mente, la abuelita utilizó su ingenio
Una mujer en Uruguay no toleró más el encierro en el que el gobierno ha mantenido a niños, adultos mayores y otros sectores vulnerables de la población, quienes en medio de la pandemia por Covid-19 han tenido que permanecer en aislamiento preventivo para evitar contagios.
En la nación sudamericana cuenta hasta el momento con 557 casos confirmados y 12 muertes por coronavirus, su modelo de prevención ha sido uno de los más eficaces gracias a la participación de las ciudadanía, quien ha acatado las reglas de establecer distancia entre las personas, evitar saludos de beso y mano, así como utilizar cubreboca en todo momento.
En el caso de los adultos mayores, estos han limitado sus salidas y han sido asistidos por familiares, militares y otros trabajadores sociales, quienes les han auxiliado a acercarles víveres y medicamentos de tal forma que salgan lo menor posible.
Ante este hecho, una mujer, cansada de no poder acudir al parque con la regularidad que lo hacía para tomar el sol y esparcir la vista y la mente un rato, decidió implementar un método de sana distancia y cercó la acera de frente a su casa para poder salir.
Valiéndose de cinta de “don’t cross”, unos botes y el enrejado de sus ventanas, la abuelita delimitó un espacio de 2 metros cuadrados y puso su silla en medio para que nadie se le acercara y evitar con ello algún tipo de contacto humano y posible contagio.
Aunque muchas personas aplaudieron su ingenio, otros más consideraron que ese tipo de medidas era ridícula e irrisoria.
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NCV