¿A los afectados por la explosión del ducto en Tlahuelilpan se les debe tratar como víctimas, sobre todo quienes fueron un daño colateral?
Definir lo que somos es algo que pocos podemos hacer y no sólo eso, algo que pocos podemos afrontar. Por más castillos en el aire que hagamos de uno mismo, tarde o temprano la vida se encargará de ponernos ante el espejo de la realidad para que nos demos cuenta quienes somos o en qué nos hemos convertido.
Mañana se cumple un año de un hecho que no sólo marco al país, peor aún, lo definió y dejo claro mucho de lo que nos hemos convertido como sociedad.
La explosión del ducto en Tlahuelilpan que dejó 137 muertos, sacó a relucir aspectos que no sólo nos definió como especie, sino también como nación: ego, soberbia, gula, rapiña y mucha, mucha ignorancia.
¿Qué tanto le hemos quitado a un sector de la sociedad para que la ignorancia sea su principal herramienta? ¿Hasta donde hemos olvidado trabajar en pro del tejido social? ¿qué nos ha dejado un país con realidades intolerablemente distintas? ¿Seguiremos poniendo nuestro granito de arena para seguir en las mismas? O cambiaremos en lo personal y en lo general para mejorar a esta nación.
La explosión en Tlahuelilpan no sólo dejó muerte, sino también a casi 200 huérfanos y algunos heridos que hoy viven en un municipio plagado de pobreza, delincuencia, robos y no solo eso, cómo si faltaras ironías, según cifras del Instituto Nacional de Transparencia con un aumento en el robo de combustible, pues la zona paso de tener 14 tomas clandestinas en 2018 a 116 en 2019.
En aquel momento el Gobierno entregó 15 mil pesos a los familiares de los fallecidos e implementó apoyos con el Programa para el Bienestar. Y actualmente estas personas siguen demandando apoyo a través de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas lo que ha levantado un complicado debate: ¿a los afectados, se les debe tratar como víctimas, sobre todo quienes fueron un daño colateral?
Unos consideran que no, pues se estaba cometiendo un delito, mientras que otros argumenta que fueron víctimas pues el Estado no hizo nada para impedir que los pobladores llegaran al ducto. ¿ustedes qué opinan? Deberían tener derecho a atención médica, apoyo psicológico y demás beneficios.
La ignorancia es temeraria y mientras no hagamos lo que nos toca, seguiremos viviendo en el México de aquella mamá que lidia con el hijo rebelde, al que hay que alejarlo del peligro pues sigue negándose a aprender.
Será que deba quemarse una vez más o quizá algún día lo que logremos quemar sea el revanchismo, la avaricia y esa indiferencia que sigue sin dejarnos avanzar.
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