Hace un año México demostró los pros y contras de una democracia, por lo que hoy valdría la pena hacer un corte de caja de lo que hemos hecho como sociedad
Hoy hace un año votamos por el que creíamos mejor opción, por el que pensamos que era el menos malo, o en contra de quienes ya habían demostrado que no podían con las necesidades de este país.
Hace un año, México demostró los pros y contras de una democracia, por lo que hoy también valdría la pena hacer un corte de caja social.
Pues no es por adelantarles la película pero al rato todo será un cúmulo de buenas cifras, datos prometedores y estadísticas que colocarán al empleo, los salarios, la inflación y al peso en sus mejores momentos. Pues como lo ha declarado el propio presidente, todo depende de cómo se analicen los datos.
Por eso, hoy me gustaría saber qué hemos hecho como sociedad durante este último año. Realmente nos hemos preocupado por mejorar nuestro entorno, o seguimos esperando a que papá gobierno haga lo suyo para nosotros empezar a hacer lo nuestro. Será que esta nueva administración ¿también nos tomó la medida?
¿Qué sí podemos hacer que no dependa de las instituciones? De entrada dejar de polarizar al país. Pues entre chairos y fifis olvidamos que ambos estamos en la misma balsa, la cual se terminará hundiendo si no empezamos a trabajar en equipo. Sobre todo hablando de impunidad.
Cifras de la Organización Impunidad Cero, señalan que en México de cada 100 delitos que se comenten, sólo 6.4 se denuncian. Y de esa centena sólo 14 se resolverán. En un país donde la corrupción daña desde las altas esferas hasta en la compra de piratería o de productos robados que son atractivos por su bajo precio.
Esto nos lleva al otro tema, los impuestos, pues mientras en países como Dinamarca recaudan un 46% o en Estados Unidos el 25%, en México si bien nos va llegamos al 14.9% según datos de la OCDE que en muchas ocasiones se basan en el argumento de que para qué pagamos si el gobierno se lo roba todo.
Entonces qué hacemos. Cambiamos como sociedad o seguimos en las mismas. Y esto no quiere decir dejar de recibir apoyos, pero si invertirlos en educación y no en adoctrinamiento o compra de voluntades. Dejar a un lado la transar y empezar a apoyarnos más.
Pero sobre todo, como decía Picasso, hay que asegurarnos que la suerte, nos agarre trabajando.
Porque al final, nosotros no vivimos de cifras o discursos. A nosotros la vida se nos va en si tengo o no trabajo, en el número de oportunidades que tengo para competir con los demás. En si hay o no medicinas en los hospitales. O en mi tranquilidad cada que salgo a la calle. En un México cuya maquinaria, la seguimos moviendo todos.
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