Los “buzones” para bebés no deseados son una especie de incubadora inteligente con sensores que miden la temperatura y avisan cuando se coloca a un recién nacido; su objetivo es combatir el infanticidio
Dos municipios del estado de Indiana (EEUU) han percibido este febrero, en menos de una semana, demanda de “buzones” para bebés no deseados. En el último caso, las autoridades de Columbia City atendieron la semana pasada una llamada de una mujer que quería entregarles a su recién nacido y, en ausencia de una instalación de este tipo, se vieron obligados a buscar un lugar seguro.
Días antes en el condado de Kosciusko tuvieron que resolver de urgencia la misma situación. Al recibir al bebé, el ayuntamiento de la ciudad de Warsaw, sede de ese mismo condado, votó unánimemente el martes pasado a favor de abrir un buzón para bebés en su suelo, concretamente en una estación de bomberos.
Las madres acudieron en ambos casos a su derecho previsto por la ley territorial ‘Safe Haven’, aprobada en Indiana en 2016. Desde que se despenalizó el abandono de los bebés por parte de sus madres a condición de la entrega tanto anónima como segura a los servicios de emergencia, los buzones han sido instalados en ocho lugares de Indiana, excluidos los dos mencionados.
Según informó un canal de televisión local, estos aparatos han sido usados en tres ocasiones de un total de 50 casos de entrega legalizada en el tiempo transcurrido. “Son simplemente un dispositivo de salvamento más para una madre en crisis, eso es todo lo que son y algunas comunidades quieren ofrecerles esta opción”, sostuvo el viernes pasado la máxima promotora de su instalación, la exempleada del servicio de bomberos Monica Kelsey.
La propia mujer confesó en una conferencia pronunciada en la Universidad Saint Francis (Pensilvania) haber sido abandonada por su progenitora en 1973. Calificó de “cambio de juego” la introducción del primer bebé en un buzón.
La Alianza Nacional Safe Haven fijó en más de 3,600 niños el número de bebés entregados legalmente en todo el país durante los años de existencia de sus distintos programas, no obligatoriamente a través de esta herramienta concreta. Al mismo tiempo fueron registrados unos 1,500 abandonos ilegales; en solo una tercera parte los pequeños fueron encontrados con vida.
Estos buzones son una especie de incubadora inteligente con sensores que miden la temperatura y avisan cuando se coloca en su interior a un recién nacido. Una alarma silenciosa se dispara y alerta a los servicios responsables para que recojan al pequeño en menos de tres minutos.
Se instalan normalmente en estaciones de bomberos, comisarías o centros de salud. El objetivo es combatir el infanticidio y el abandono, un peligro que sigue siendo el destino para muchos bebes no deseados.
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