Cintas, series, libros, música y una gran cantidad de expresiones artísticas que viven en la memoria colectiva tuvieron como inspiración una tragedia humana
Han pasado 80 años de la liberación del campo de concentración nazi Auschwitz-Birkenau; el impacto de lo que sucedió en aquel lugar durante la Segunda Guerra Mundial continúa vigente. Si bien lo primero que se supo de este sitio se transmitió como noticias a través de la radio, el cine y los periódicos, hoy en día lo que ahí ocurrió, las historias de quienes murieron y de quienes sobrevivieron, siguen impactando no sólo la información, sino también la cultura popular mundial.
Auschwitz no sólo es el campo de concentración que liberó el ejército soviético el 27 de enero de 1945, representa uno de los periodos más oscuros de la historia de la humanidad, el holocausto y el genocidio de todos aquellos que no comulgaban con la política nazi impuesta en las regiones ocupadas y, sobre todo, la imperante necesidad de mantener la memoria para que hechos así no vuelvan a ocurrir con ninguna raza o creencia religiosa.
“El hecho de que Auschwitz sea este lugar que está tomando las mentes de la gente en la cultura popular demuestra que, pienso, Auschwitz dejó de ser simplemente un lugar histórico que existió entre 1940 y 1945, y que la historia de Auschwitz es una especie de capítulo cerrado que la gente no considera importante como punto de referencia.
“Se ha convertido en un símbolo global, cuando piensas en la Segunda Guerra Mundial, hay dos lugares de gran impacto: Auschwitz e Hiroshima. Y cuando pensamos en eso, que la gente use Auschwitz como pun- to de referencia, la tragedia de Auschwitz va más allá de un simple evento histórico trágico, sino que comienza a ser algo que nosotros como humanidad estamos observando, algo sin precedentes, algo que resuena incluso a 80 años”, explicó Pawel Sawicki, vocero del Memorial and Museum Auschwitz-Birkenau.
En este sentido el campo de concentración ha sido un punto de referencia de la literatura, el cine, la televisión y la música, desde antes de que terminara la guerra y se conociera lo que sucedía en este sitio ubicado en la ciudad de Oświęcim, en Polonia.
Libros como The Survivor, de Josef Lewkowicz; Sin destino, de Imre Kertész; Seguir viviendo, de Ruth Klüger; El diario de Helga, de Helga Weiss, y Sonderkommando, de Shlomo Venezia, son sólo algunos de los que sobrevivientes del holocausto escribieron sobre su experiencia en el campo.
“Una de las cosas que es importantísima son las historias de los sobrevivientes quienes fueron los que, después de la liberación crearon el memorial. Convirtieron Auschwitz en una institución que conmemora a las víctimas y educa al mundo, y sabemos mucho de la historia de este lugar por lo que ellos han dicho ya fuera en juicios, testimonios, libros que han escrito, incluso durante la guerra hubo testimonios de personas que escaparon, pero inmediatamente después de la Guerra los sobrevivientes comenzaron a crear literatura.
“Primo Levi escribió uno de los primeros libros, Si esto es un hombre, donde retrató sus memorias como prisionero del campo y tenemos un gran legado de literatura escrita por los sobrevivientes, sin embargo, si se busca un tipo de relato duro se tiene que ir uno justo hacia éstos primeros libros que muchos no están disponibles, pero se pueden encontrar en las librerías”, dijo Sawicki.
Pero muchas veces estas historias que se plasman en libros—y que después llegan a las pantallas— no siempre tienen el rigor histórico que deberían.
Ejemplo de esto es El tatuador de Auschwitz, libro escrito por Heather Morris en 2018 y que relata la historia de Lale Sokolov, un sobre- viviente del campo que tras haber enferma do de tifus comenzó a trabajar como tatuador. Esta novela ficticia sobre el holocausto se convirtió en una serie de TV que se transmitió en Australia, Reino Unido y Estados Unidos.
“Ahora estamos frente a un escenario en el que los sobrevivientes ya no escriben, hay una motivación muy noble de algunos de los autores actuales en contar algunas historias de sobrevivientes que conocieron o la historia de Auschwitz en general y comienzan a escribir sin el conocer las dinámicas y los cambios, esto es lo que los sobrevivientes tienen en sus mentes desgraciadamente por el trauma que vivieron, pero los autores actuales escriben de esto partiendo de las historias humanas, que es muy importante, pero no tienen el entendimiento de la realidad del campo.
“Hay muchos libros como El tatuador de Auschwitz que, desafortunadamente, no creo que lo hayan hecho con una motivación negativa o con ganas de distorsionar la historia, pero cada vez hay más y más de estos productos en la cultura popular y que de alguna forma se vuelven contraproducentes, quieren honrar la historia de los sobrevivientes, pero cuentan una historia que en muchos sentidos no es verdadera. Es trágico que los sobrevivientes ya no escriban, y la gente no quiera adentrarse más y les falta algo que es verdaderamente importante cuando escribes sobre un sitio histórico: conocimiento de este lugar.
En esos libros suceden cosas que jamás hubieran podido ocurrir en Auschwitz y desafortunadamente hay más atención que investigación”, puntualizó.
Pero, como señala Sawicki, no todo es blanco o negro. Existen obras literarias como Zona de interés, del británico Martin Amis, que tienen una profunda investigación histórica que no sólo se ve reflejada en las páginas de este libro que relata la vida de la familia del comandante de Auschwitz, Rudolf Hoss y su familia viviendo a lado del campo de concentración, sino en la película dirigida por Jonathan Glazer.
“Zona de interés es una película increíblemente poderosa que se hizo en muchos años de cooperación con el museo. Básicamente todo lo que puedes ver en la película se basa en testimonios, documentos muy minuciosos, búsqueda. En este caso tienes una película que es completamente diferente, que a veces es indoloramente correcta en la que la arquitectura y todo lo que se ve allí está basado en testimonios”, explicó.
Desde que Auschwitz fue liberado en 1945, la casa de la familia Hoss permaneció en manos de una familia polaca, pero en2023 fue adquirida por el Counter Extremist Project, una ONG con sede en Nueva York que ha buscado combatir el extremismo desde 2014.
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Este sitio, que es el personaje principal en Zona de interés, a través de la ONG abrirá sus puertas al público por primera vez de una forma diferente a como se conoció por los últimos 80 años y se planea que esté lista para el aniversario de la celebración de la liberación del campo este 27 de enero.
“La idea detrás del proyecto es crear algo que no existe, un centro global para luchar contra el extremismo en la casa de uno de los peores extremistas y antisemitas que haya existido históricamente”, dijo en entrevista a CNN Hans Jakob Schindler, director del Proyecto Contra el Extremismo hace poco más de una semana.
Basada en la novela de Thomas Keneally, Schindler’s Ark, la cual fue escrita por la insistencia de Poldek Pfefferberg, sobreviviente del holocausto. La película dirigida por Steven Spielberg, La lista de Schindler, si bien no se enfoca específicamente en Auschwitz, sino en el campo de concentración de Plaszów, en Cracovia, hace referencia a la vida dentro de estos sitios de detención y exterminio.
Tras haber sido nominada a 11 premios Oscar, de los cuales ganó siete incluyendo Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion Adaptado, se dio a conocer que Spielberg no tuvo un sueldo por la misma y que todas las ganancias obtenidas por la cinta serían donadas para la creación del USC Shoah Foundation.
“La lista de Schindler es una gran producción y hay algunos desafíos allí, pero aún tenemos que ese nivel de producción desencadenó una enorme ola de registro de testimonios de sobrevivientes que desembocaron en la USC Shoah Foundation, una organización sin fines de lucro la cual tiene como objetivo principal grabar y conservar testimonios de sobrevivientes y testigos del holocausto”, indicó Sawicki.
Desde hace 30 años USC Shoah Foundation se ha dedicado a preservar la memoria de los sobrevivientes del holocausto, así como levantar testimonio de otros genocidios como el de Ruanda, el de Armenia, el de Guatemala, el de Camboya, el de Birmania contra los Rohinyá, el de Bosnia, la masacre de Nanjing y más recientemente los testimonios de las víctimas de 2023 en Israel por Hamas.
Rubino Romeo Salmoni, un sobreviviente de Auschwitz que llevó el número A15810 en su brazo, fue liberado en enero de 1945 y para agosto de ese mismo año volvió a su hogar en Roma, Italia.
Ahí supo que sus dos hermanos habían fallecido en el campo de concentración, y ése fue el detonante para escribi el libro He derrotado a Hitler, mismo que fue publicado en la década de los 50 y que inspiró a Roberto Benigni a crear la aclamada cinta La vida es bella.
En 1946 Miklós Nyiszli, médico húngaro sobreviviente de Auschwitz que se ofreció como voluntario y estuvo bajo la supervisión de Joseph Mengele en los experimentos que se llevaban a cabo, publicó el libro Auschwitz: A Doctor’s Eyewitness Account, el cual fue la base para la cinta The Grey Zone, de Tim Blake Nelson, de 2001, donde se cuenta la historia del Sonderkommando XII.
“Trabajamos cons-tantemente con cineastas y nuestro énfasis mucho mayor es el documental y hay muchos documentales que se hacen y ahora pueden ver algunas producciones sobre la música en Auschwitz.
Pueden ver un documento increíblemente interesante que se llama The Commandant Shadow, sobre el hijo menor de Rudolf Hoss y muchos otros.
“Hay cineastas que vienen a nosotros y el museo participa si se nos permite participar en estos en términos del conocimiento experto asesorado, por supuesto, algo que estamos haciendo en general es tratar de llevar la historia más allá del sitio auténtico y uno de los proyectos que lo hace son las visitas guiadas virtuales que utiliza la nueva tecnología para llevar la autenticidad de nuestras pantallas a muchas personas de todo el mundo”, explicó el vocero.
Pero no sólo la literatura y los medios audiovisuales han sido inspirados por la historia de Auschwitz, la música también ha sido influenciada de manera significativa por los acontecimientos en el campo.
El compositor John Williams armó el significativo score de La lista de Schindler con temas propios como Immolation (With Our Lives, We Give Life), Schind- ler’s Workforce, Jews Town (Krakow Ghetto, Winter 41), Stolen Memories y Making The List. De la misma forma Hans Zimmer colocó su talento en el score de El tatuador de Auschwitz con temas como Wha- tever It Takes, You Have No Fear y The Death March.
Pero no sólo los compositores de música de cámara han sido tocados por este tema, la banda italiana de rock folk Modena City Ramblers conocidos por su compromiso con temas sociales y políticos, y su crítica hacia el fascismo, tienen en su repertorio una canción titulada Auschwitz, la cual utilizan para recordar y reflexionar sobre el holocausto.
Joseph Mengele, el médico que realizaba experimentos con gemelos y que era conocido como el ángel de la muerte por los prisioneros y sobrevivientes, inspiró a la banda Slayer y a Desecration a escribir, cada uno, un tema sobre él bajo el título Angel Of Death, mien- tras que la banda sueca de metal, Sabaton, lanzó en 2010 el tema The Final Solution.
“Trabajamos con cineastas experimentados, autores experimentados que entienden el valor de esta historia, que también están listos para enfrentar la responsabilidad de contar la historia de una manera apropiada, responsable y veraz, por lo que el museo criticará a aquellos autores que no hacen su tarea, su investigación y hablaremos críticamente sobre su enfoque.
“También estamos muy contentos de ayudar a todos aquellos que quieran hacer algo sobre el tema, y lo estamos haciendo todo el tiempo. A todas aquellas personas que quieren ayudarnos preservando la memoria de Auschwitz 80 años después de su liberación en forma de libros, películas y cualquier otro tipo de producto cultural”, concluyó Sawicki.