Salvador Cabañas es conocido en el mundo del fútbol por sus hazañas en la cancha, pero también por este trágico evento que cambió su vida
Hoy 25 de enero se cumple una década desde el día en que el delantero Salvador Cabañas recibió un disparo de calibre .38 y se alojó en el lóbulo izquierdo del cerebro.
Aunque el paraguayo logró rehabilitarse con el paso de los años, todavía tiene alojada la bala que casi lo mata en alguna parte de su cabeza.
El día de la agresión Cabañas salió a divertirse con su esposa y su cuñado a un centro nocturno de la Ciudad de México, el cual era conocido como Bar-Bar.
Tras de ellos, ingresaron a este sitio las dos personas que estarían involucradas en la agresión.
Aproximadamente las 5 de la mañana, dos hombres se encontraban en el área de los sanitarios.
Después de unos segundos, se escuchó una detonación dentro del baño de hombres.
Cabañas fue trasladado a un hospital al sur de la Ciudad, donde se le practicó una cirugía de alto riesgo.
En una segunda operación nuevamente le intentaron extraer la bala, pero no se tuvo éxito, pues el médico encargado informó que era peligroso intentar sacar el proyectil debido al lugar en el que se ubicaba.
Tardó una semana en salir del coma y fue hasta los primeros días de marzo de ese año que empezó su rehabilitación.
De acuerdo con medios deportivos, un año después del incidente , Cabañas regresó al fútbol para jugar en la Segunda División de su país con el Doce de Octubre, donde debutó como profesional, donde solo jugó dos partidos, ninguno completo.
Cabañas inauguró su escuela de futbol en la Ciudad de México, en Cuemanco.
El objetivo de la llamada `Cantera México´ es colocar a jugadores jóvenes en equipos de Primera División, pero además se busca ayudar a los jóvenes para que se alejen “de los vicios, mantenerlos sanos y ayudarlos en su formación y desarrollo”, dijo Cabañas en su momento.
Contenido relacionado:
Condenan a 20 años de prisión a «El JJ», mismo que agredió a Salvador Cabañas