
Habitantes de San Juanito y Bocoyna piden apoyo urgente para voluntarios heridos al combatir incendios forestales que amenazan viviendas en la Sierra Tarahumara
La lucha contra los incendios forestales en Chihuahua ha dejado una dolorosa estela de héroes heridos. Habitantes de las comunidades de San Juanito y Bocoyna, en la Sierra Tarahumara, solicitaron el respaldo de las autoridades para atender a los voluntarios que, en su intento por salvar sus hogares y bosques, han sufrido quemaduras de diversa gravedad.
Mientras las llamas avanzan implacables consumiendo todo a su paso, los pobladores han tenido que tomar en sus propias manos la defensa de su patrimonio. Sin el equipo adecuado y en condiciones adversas, varios de ellos resultaron lesionados durante las tareas de extinción del fuego.
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El llamado de auxilio busca obtener recursos para curaciones, alimentos y medicamentos necesarios para los combatientes improvisados que arriesgan sus vidas en medio del desastre.
Según reportes oficiales, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) informó que actualmente se encuentran activos 19 incendios forestales en nueve municipios de Chihuahua. Para su combate, se ha desplegado un operativo que involucra a 398 brigadistas pertenecientes a distintas corporaciones, incluyendo personal de Conafor, autoridades estatales y voluntarios locales.

Los municipios afectados son Bocoyna, Guadalupe y Calvo, Guazapares, Urique, Balleza, Guachochi, Temósachic y Morelos. En estas zonas, las labores de control y extinción continúan a contrarreloj, mientras el fuego ya ha destruido al menos dos viviendas en las comunidades mencionadas.
La valentía de los pobladores ante la amenaza de las llamas
Aunque los esfuerzos coordinados de las autoridades han sido fundamentales, la magnitud de los incendios ha obligado a los propios habitantes a involucrarse directamente en el combate de las llamas, exponiéndose a severos riesgos.
“Al ver que el fuego se acerca a sus viviendas, algunos habitantes han intentado apagar las llamas ellos mismos, sufriendo graves quemaduras”, relatan los propios vecinos de San Juanito y Bocoyna.
La falta de recursos médicos inmediatos agrava la situación. Los voluntarios heridos requieren atención especializada que, en muchas ocasiones, es difícil de conseguir en las zonas serranas.
Incendios forestales: una emergencia nacional
La problemática de los incendios forestales no se limita a Chihuahua. Según el informe más reciente de la Conafor, actualmente hay 106 incendios activos en 21 estados de la República Mexicana, de los cuales 11 afectan directamente áreas naturales protegidas.
Hasta ahora, la superficie preliminar afectada asciende a 82 mil 837 hectáreas. Para hacer frente a esta emergencia nacional, se ha desplegado un contingente de 2 mil 645 combatientes, entre personal federal, estatal, municipal y voluntarios civiles.
En cuanto a los estados con mayores afectaciones, Sinaloa lidera la lista con 30 mil 262 hectáreas siniestradas, seguido por Guerrero, que reporta 15 mil 714 hectáreas afectadas. Chihuahua, en tercer lugar, enfrenta daños en una superficie de aproximadamente 10 mil 875 hectáreas.
El combate continúa
La gravedad de la situación ha encendido las alertas a nivel nacional, mientras las brigadas y voluntarios intensifican sus esfuerzos para contener las llamas y minimizar los daños tanto ecológicos como humanos.
La participación ciudadana ha sido crucial, aunque ha tenido un alto costo en términos de salud y bienestar de quienes, sin pensarlo dos veces, se han lanzado a luchar contra un enemigo desbordado: el fuego.
Las autoridades estatales y federales mantienen operativos constantes, pero las necesidades superan los recursos disponibles, especialmente en lo que respecta a la atención médica inmediata para los voluntarios heridos.
En este contexto, el llamado de las comunidades de San Juanito y Bocoyna resuena como un grito de ayuda urgente: sus héroes, quemados y exhaustos, requieren apoyo para seguir defendiendo sus hogares y su tierra.
La temporada crítica de incendios forestales aún no termina, y los riesgos persisten en buena parte del territorio nacional, donde la sequía, las altas temperaturas y los fuertes vientos crean el escenario perfecto para la expansión de nuevos siniestros.