
Durante una interacción con la prensa en la Base Conjunta Andrews, el presidente de EE. UU., Donald Trump, fue golpeado accidentalmente en el rostro por un micrófono, generando una reacción que rápidamente se viralizó en redes sociales.
El 14 de marzo de 2025, tras ofrecer una conferencia de prensa en el Departamento de Justicia, el presidente Donald Trump se dirigía hacia el Air Force One en la Base Conjunta Andrews. En ese trayecto, mientras respondía preguntas de los periodistas, uno de ellos, al acercar su micrófono, lo golpeó inadvertidamente en el rostro del mandatario.
La reacción de Trump fue inmediata: levantó las cejas y dirigió una mirada fija al periodista responsable. Poco después, al ser cuestionado sobre la situación en Gaza, el presidente desvió el tema y comentó con ironía: “¡Se convirtió en una noticia importante! ¿Verdad? ¿Vieron eso?”. El incidente fue captado en video y rápidamente se difundió en plataformas digitales, acumulando millones de reproducciones y convirtiéndose en un fenómeno viral.
Mientras el video del “microfonazo” circulaba en internet, Trump tomó una decisión que impactó al ámbito periodístico: suspendió el acceso de periodistas de la Voz de América y otras emisoras financiadas por el gobierno estadounidense, como Radio Free Asia y Radio Free Europe. Esta medida incluyó la revocación de credenciales y la entrega de equipos, en un movimiento que sorprendió a la comunidad mediática.
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La combinación de estos eventos resalta la compleja relación entre el presidente Trump y los medios de comunicación. Mientras un incidente menor se convierte en contenido viral, decisiones de mayor envergadura afectan directamente la labor periodística y la difusión de información a nivel internacional.
Este episodio no solo evidencia la rapidez con la que un momento espontáneo puede captar la atención global, sino también cómo se entrelazan las dinámicas del poder político con la libertad de prensa en la era digital.