
Una niña de 7 años con cáncer cerebral fue deportada de Estados Unidos mientras se dirigía a recibir tratamiento médico.
La menor, de origen guatemalteco, viajaba junto a su familia con la esperanza de acceder a atención especializada cuando fue detenida en la frontera y devuelta a su país.
El caso ha generado indignación entre organizaciones humanitarias, que han señalado la falta de sensibilidad en la aplicación de las políticas migratorias. La familia de la menor explicó que buscaban una mejor oportunidad de tratamiento en Estados Unidos debido a la falta de recursos en Guatemala para atender su enfermedad.
De acuerdo con reportes, la niña fue detenida en Texas junto a su madre y su hermano, y tras un breve proceso, las autoridades decidieron su deportación. A pesar de que su condición médica es grave, no se hicieron excepciones en su caso, lo que dejó a la familia en una situación de extrema vulnerabilidad.
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Diversas organizaciones han pedido a las autoridades estadounidenses revisar el caso y permitir el ingreso de la menor por razones humanitarias. Señalan que negarle tratamiento en un país con más recursos médicos podría agravar su estado y reducir sus posibilidades de recuperación.
Este caso reaviva el debate sobre el trato que reciben los migrantes con condiciones médicas graves en la frontera de EE.UU., así como la necesidad de implementar políticas más flexibles que prioricen los derechos humanos y la atención médica de personas en situación de riesgo.