
La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU-DH) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) han solicitado una investigación exhaustiva, independiente y transparente sobre los hechos descubiertos en el rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco.
Este llamado surge tras el hallazgo de un presunto centro de entrenamiento y ejecución vinculado al crimen organizado, específicamente al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco fue el primero en encontrar indicios de actividades ilícitas en el rancho, lo que ha generado preocupación a nivel nacional e internacional. La ONU-DH ha instado a las autoridades federales y estatales a garantizar la identificación de los restos encontrados y a asegurar la participación activa de las familias en los procesos de búsqueda e investigación.
Por su parte, la CNDH ha condenado enérgicamente los crímenes cometidos en el rancho Izaguirre y ha exigido justicia y transparencia en las investigaciones. El organismo enfatiza la necesidad de esclarecer estos delitos y garantizar los derechos de las víctimas y sus familiares.
El caso ha generado reacciones en distintos sectores de la sociedad. En Guadalajara, se llevó a cabo una misa en honor a las víctimas del rancho Izaguirre, mientras que en Guerrero, colectivos de familiares de desaparecidos han expresado su preocupación por la posible existencia de fosas similares en su estado.
Ante la gravedad de los hechos, la comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos continúan vigilantes, esperando que las autoridades mexicanas actúen con celeridad y transparencia para esclarecer lo sucedido en el rancho Izaguirre y llevar a los responsables ante la justicia.