
En represalia por las políticas arancelarias de la administración Trump, varias provincias de Canadá retiran productos alcohólicos de Estados Unidos de sus estanterías.
Como respuesta a los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, varios territorios de Canadá han comenzado a retirar bebidas alcohólicas originarias de EE. UU. Las autoridades de provincias clave como Ontario, Quebec y Columbia Británica han decidido retirar estos productos de sus comercios, afectando a marcas populares y poniendo de manifiesto las tensiones comerciales entre ambos países.
La Junta de Control de Licores de Ontario (LCBO), una de las distribuidoras más grandes del país, ha suspendido la venta de productos alcohólicos de marcas estadounidenses. El primer ministro de Ontario, Doug Ford, defendió la medida, subrayando que el objetivo era proteger los intereses de los productores canadienses y responder a las políticas proteccionistas de EE. UU. Esta medida afectará tanto a minoristas como a consumidores que adquirían bebidas alcohólicas de origen estadounidense.
En Quebec, la situación no es diferente, ya que la Société des Alcools du Québec (SAQ) también decidió suspender la venta de productos alcohólicos de EE. UU. en respuesta a los nuevos aranceles. La medida ha generado reacciones mixtas entre los comerciantes y consumidores canadienses, algunos a favor de proteger los productos nacionales, mientras que otros se muestran preocupados por la reducción de opciones en el mercado.
Te podría interesar: El fentanilo es la principal amenaza de EU y Canadá, indica la ONU
Este acto de represalia refleja un aumento en las tensiones comerciales entre Canadá y Estados Unidos, que se ha intensificado desde que Trump implementó aranceles adicionales sobre productos canadienses. El impacto económico de esta medida podría ser significativo, afectando a las exportaciones de bebidas alcohólicas de EE. UU. y alterando las dinámicas comerciales en ambos países.
Analistas comerciales sugieren que, si bien esta respuesta de Canadá puede ser vista como un golpe simbólico, podría tener repercusiones más amplias para las relaciones comerciales a largo plazo. Las tensiones comerciales continúan, y la retirada de productos alcohólicos es solo un ejemplo de cómo los gobiernos están utilizando nuevas tácticas para presionar en el ámbito económico.