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El diamante Koh-i-Noor estuvo en manos de diversos gobernantes que perdieron su trono y sufrieron horribles destinos
Aunque en el mundo hay diamantes que son muy codiciados, también existen algunas gemas que, a pesar de su gran belleza, no son objeto de deseo a causa de las trágicas leyendas que las rodean, tal como aquella que acompaña al diamante Koh-i-Noor, la piedra preciosa que perteneció a la reina Isabel II y desató grandes tragedias.
¿Por qué se dice que el diamante Koh-i-Noor está maldito?
Las leyendas cuentan que el diamante Koh-i-Noor está impregnado de una energía negativa debido a la violencia y las guerras que causó a lo largo de su historia. Los relatos que lo acompañan están ligados a la caída de imperios y a las tragedias de sus poseedores.
Sin embargo, se dice que esta maldición solo recae sobre los hombres y que las mujeres están exentas de ella, ya que son las únicas que pueden portarlo. Esto se debe a que las monarcas que lo han poseído no han sufrido las desgracias que afectaron a sus predecesores masculinos.
¿Cuál es la historia del diamante Koh-i-Noor?
Distintos mitos señalan que el diamante Koh-i-Noor es en realidad el Syamantaka, la legendaria gema con poderes mágicos que se menciona en los cuentos Bhagavad Purana de Krishna, uno de los dioses hindúes más populares.
A pesar de que existen varias teorías sobre su descubrimiento, hasta el momento se desconoce el lugar preciso en el que fue encontrado. De lo que sí se tiene certeza es que la piedra preciosa no fue extraída de una mina, ya que los diamantes indios eran hallados en depósitos aluviales.
Los registros más antiguos sobre su origen revelan que, en 1635, la gema adornaba el trono del gobernante mogol Shah Jahan, hasta que el persa Nader Shah decidió invadir aquella nación en 1739 y robar el gran tesoro que los indios custodiaban.
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Se dice que, para llevarse aquel botín, se necesitaron 700 elefantes, 4 mil camellos y 13 mil caballos. Fue entonces cuando el bello diamante abandonó la India por primera vez y adquirió su popular nombre Koh-i-Noor, que significa “Montaña de luz” en persa.
Durante décadas, el diamante estuvo en manos de distintos gobernantes, rodeado de batallas sangrientas, hasta que en 1849, las fuerzas británicas reinaron sobre el Imperio Sikh durante la Segunda Guerra Anglo-Sikh y el Koh-i-Noor fue entregado a la reina Victoria como parte del tratado de paz.
¿Quién es el dueño del diamante Koh-i-Noor?
Desde 1849, el diamante Koh-i-Noor ha pertenecido a la corona británica y forma parte de las joyas reales de la familia. Incluso, en 1851, la reina Victoria decidió montar la pieza en una tiara que usaba para eventos públicos.
En 1853, la reina mandó rehacer una nueva corona y pidió que el Koh-i-Noor fuera montado en ella. Pero no fue la única en usar la joya, ya que, durante la coronación del rey Jorge VI, su esposa, la reina madre, usó una corona con dicha gema. Años después, la difunta reina Isabel II también lució una corona con la misma joya.
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Incluso, el rey Carlos III ha prescindido de portar el diamante Koh-i-Noor, no solo porque la joya se ha reservado para las mujeres, sino por aquella leyenda que dice que todos los hombres que la usen sufrirán distintas desgracias y la caída de sus imperios.