![](https://www.pacozea.com/wp-content/uploads/2025/02/image-124-1024x652.png)
Adrián Simanca, un hombres que realizaba packraft con su padre en el estrecho de Magallanes, al extremo sur de Chile fue tragado y escupido por una ballena
Quienes sufen de fobia al mar, ahora tendrán un nuevo motivo… un suceso tan dramático como increíble, digno de la Biblia, ocurrió a orillas del estrecho de Magallanes, en el extremo sur de Chile, cuando un hombre de 24 años que navegaba en una embarcación inflable fue atrapado momentáneamente por la boca de una ballena y, segundos después, expulsado sin sufrir lesiones.
El incidente, grabado en video por su padre, ha conmocionado al internet y se ha vuelto viral en redes sociales. El paraje marítimo, célebre por sus paisajes majestuosos y temperaturas gélidas, fue escenario de lo que el afectado describe como “una experiencia aterradora e increíble”.
El protagonista de esta historia es Adrián Simancas, un analista, programador y músico venezolano de 24 años, radicado en Chile junto a su padre, Dell Simancas, de 49, anestesista también de origen venezolano. Ambos habían decidido realizar una travesía en packraft —un tipo de bote inflable apto para aventuras en aguas frías— cerca del Faro San Isidro, en la Bahía El Águila, a unos 30 kilómetros al sur de la ciudad de Punta Arenas.
El plan consistía en remar por la tarde, aprovechando lo que parecía un clima relativamente favorable en una zona conocida por sus vientos intensos y sus aguas heladas.
De forma súbita, mientras Adrián se alejaba unos metros de la costa, la superficie se agitó. Su padre notó un movimiento extraño y comenzó a grabar con su cámara. En la secuencia, puede observarse cómo la ballena emerge y, en cuestión de segundos, embiste el bote. Adrián desaparece de la toma y se oye un grito de sorpresa.
“Siento algo azul y blanco que se acerca a mi cara. De pronto, me hundo y pensé que había muerto”, contó el joven más tarde a la televisira pública chilena TVN. El padre, al percatarse de la desaparición de su hijo, vivió un momento de pánico. “No lo vi por tres segundos y me asusté muchísimo. Pensé lo peor”, relató.
Sin embargo, casi de inmediato, Adrián salió a flote y el cetáceo pareció liberarlo sin provocarle lesión alguna.
Te puede interesar: Ballena choca con barco y lo hunde en Portsmouth
La imagen de un hombre tragado por una ballena remite de manera inevitable a mitos y pasajes literarios, pero los expertos señalan que estos mamíferos tienen gargantas demasiado estrechas para ingerir por completo a una persona. De hecho, el hecho de que Adrián resultara ileso confirma que la ballena no lo engulló, sino que su inmersión fue resultado del choque con la inmensa boca del animal. Tras el sobresalto, padre e hijo pudieron regresar a la orilla y recibir el apoyo de algunos pescadores que se encontraban en la zona.
El incidente, qué guarda cierto parecido con otro ocurrido en Sudáfrica en 2019, en que las ballenas —sobre todo jorobadas, francas australes u orcas— se acercan a la superficie para alimentarse de bancos de peces. En el caso del estrecho de Magallanes, una de las rutas marítimas más emblemáticas de Chile, la interacción con la fauna marina es relativamente común, aunque no se reportan con frecuencia choques tan directos como este.
La historia de Adrián Simancas corrió como la pólvora en redes sociales: miles de usuarios compartieron el video, asombrados por la fortuna de quien se define como “inmensamente agradecido” de haber salido airoso de una experiencia que califica de “aterradora e increíble a la vez”. Ante la explosión mediática, el joven destacó la importancia de respetar la distancia al navegar cerca de cetáceos, utilizando equipos de seguridad como chalecos salvavidas y, sobre todo, manteniendo la cautela si se perciben movimientos extraños en la superficie.
Por su parte, el padre, Dell Simancas, confesó que seguirá explorando las aguas australes, pero con un margen mayor de precaución.
“Es un recuerdo que no olvidaremos jamás”, afirmó en declaraciones a la prensa local. “La vida te puede cambiar en cuestión de segundos, y no todas las historias terminan bien”.
Las autoridades regionales, que suelen advertir a pescadores y turistas sobre el avistamiento de ballenas, han reiterado la necesidad de informarse acerca de las rutas y las normas establecidas para la protección de la fauna marina, a fin de evitar episodios peligrosos.