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Las madres buscadoras cuentan con un dispositivo de geolocalización que, en caso de emergencia, pueden activar para que las autoridades se pongan en contacto y verificar su estado.
Cinco miembros de colectivos de personas desaparecidas en la Ciudad de México están inscritos en el programa de protección de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Así lo dieron a conocer las autoridades de la CDMX a Excélsior, quienes indicaron que las “madres buscadoras” disponen de un dispositivo de geolocalización que permite rastrear su ubicación y cuenta con un botón de emergencia.
Jaqueline Palmeros, quien recientemente encontró los restos de su hija Monserrat Uribe, afirmó que, a pesar de estar en el sistema de protección, sigue viviendo en situación de vulnerabilidad. Esto, al recordar que en julio del año pasado fueron absueltas las dos personas detenidas por la desaparición de Monse, quien fue vista por última vez en las calles de Iztapalapa en julio de 2020.
En una entrevista con Excélsior, la fundadora del Colectivo Una Luz en el Camino señaló que, durante las brigadas de búsqueda realizadas desde la formación de su grupo en 2021, ha sido intimidada y amenazada, junto con otras madres buscadoras que han buscado a sus hijos no solo en la CDMX, sino también en otros estados.
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Ceci Patricia Flores Armenta, fundadora de las Madres Buscadoras de Sonora, recibe diariamente amenazas contra su vida y la de su familia. Además, dentro de su colectivo, hay mujeres que han sido asesinadas, secuestradas y desaparecidas, como parte de un intento de los grupos criminales para que detengan sus búsquedas.
La activista ha hecho un llamado a los grupos criminales para que dejen en paz a las Madres Buscadoras y les permitan continuar su labor para encontrar a sus seres queridos desaparecidos.
Uno de los crímenes ocurridos fue el asesinato de Aranza Ramos, el 16 de julio de 2021, en la comunidad rural de Ortiz, en Guaymas. Ella llevaba año y medio buscando a su esposo, Brayan Omar Celaya, quien desapareció el 6 de diciembre de 2020.
Excélsior ha estado presente en varios encuentros con Flores y ha podido constatar las amenazas que reciben las Madres Buscadoras de Sonora, incluyendo fotos de personas descuartizadas y videos de víctimas momentos antes de ser ejecutadas.
La activista ha denunciado en sus redes sociales que sujetos armados han irrumpido por la fuerza en el domicilio asignado para su resguardo. A pesar de las amenazas, las activistas no detienen sus búsquedas, incluso en zonas controladas por el crimen organizado.