El pasado 21 de julio, un niño británico con síndrome de Asperger encontró un fallo en el etiquetado de uno de los dinosaurios del Museo de Historia Natural de Londres. Se trataba de un oviraptor, mientras que en la institución le estaban dando el nombre de protoceraptors, algo imposible porque los primeros caminaban a dos patas y no a cuatro, como en el caso de los segundos.
El pequeño se lo comunicó a sus padres, pero no creyeron del todo en la veracidad de sus afirmaciones. Le respondieron que estaban en el Museo de Historia Natural y que los responsables sabrían más que él. Pero Charlie tenía razón.
Así lo reconoció el propio Museo en una carta que le enviaron al niño en la que reconocían estar “verdaderamente impresionados” con sus conocimientos sobre el ámbito. Tal y como se explicó en el escrito, la sala donde Charlie encontró el error había sido modificada numerosas veces y, como consecuencia, se produjo el fallo.
“Charlie ama la Paleontología desde muy pequeño y comenzó a leer enciclopedias cuando tenía unos tres años”, explicó Jade, su madre. “Charlie tiene Asperger y, como consecuencia, cuando algo le gusta mucho, quiere saberlo todo sobre eso”.