La política exterior de México ha sido siempre un asunto sensible, especialmente en lo que respecta a sus relaciones con los países de América Latina.
Un episodio reciente ha colocado a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en el centro de la atención mundial.
En la mañana del 10 de enero de 2025, la presidenta fue interrogada sobre la orden emitida por el gobierno venezolano, que declaró a los expresidentes mexicanos Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa como “personas non gratas”.
El 7 de enero de 2025, la Asamblea Nacional de Venezuela, dominada por el oficialismo, aprobó por unanimidad un acuerdo que declaró personas non gratas a nueve expresidentes latinoamericanos. Entre ellos figuraban los exmandatarios mexicanos Vicente Fox y Felipe Calderón, ambos del Partido Acción Nacional (PAN). Esta medida se adoptó en un momento clave, ya que Venezuela se encontraba a las puertas de la tercera toma de posesión de Nicolás Maduro, quien había sido reelegido para un nuevo mandato.
El gobierno venezolano acusó a Fox y Calderón de intentar “provocar caos, desestabilización y violencia” en el país, especialmente en apoyo al opositor Edmundo González Urrutia. En este contexto, las relaciones entre ambos países enfrentaron una nueva tensión diplomática.
Cuando Sheinbaum fue cuestionada en conferencia de prensa sobre su opinión acerca de las declaraciones de Venezuela, su respuesta fue directa y breve: “No voy a comentar sobre eso”. La presidenta mexicana subrayó que, conforme a la Constitución de México, su gobierno debía adherirse a los principios establecidos en la política exterior del país. La postura de Sheinbaum defiende la soberanía nacional, evitando involucrarse en las disputas internas de otro Estado.
Además, Sheinbaum expresó su respeto hacia el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al señalar que no entraría en un debate sobre las decisiones del gobierno venezolano. La mandataria enfatizó que, como presidenta de México, su responsabilidad era actuar conforme a los principios constitucionales, evitando intervenir directa o indirectamente en los asuntos internos de Venezuela.
La política exterior de México ha estado históricamente fundamentada en el principio de no intervención, tanto en los asuntos internos de otros países como en la autodeterminación de los pueblos. Este principio, establecido en la Constitución Mexicana, ha sido defendido por todos los gobiernos mexicanos, y Sheinbaum no es la excepción. Al rehusarse a comentar sobre la situación en Venezuela, la presidenta reafirmó la postura tradicional de México frente a los conflictos en América Latina.
Además, Sheinbaum reiteró que debía prevalecer el respeto a la soberanía de Venezuela, y que los problemas internos de ese país deberían ser resueltos por los propios venezolanos, sin intervención externa.
En respuesta a la postura de los expresidentes mexicanos, el gobierno de Venezuela, encabezado por Nicolás Maduro, lanzó graves acusaciones contra Fox y Calderón. Los calificaron de “invasores, narcotraficantes, corruptos” y, aún más seriamente, los acusaron de ser “pedófilos y abusadores de mujeres”. Estos términos fueron empleados en un contexto de alta tensión política, particularmente al señalar a los exmandatarios mexicanos por presuntamente intentar desestabilizar el país.
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El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, advirtió que, si Fox y Calderón intentaran ingresar al país, serían tratados como “fuerzas extranjeras” y, en consecuencia, detenidos y procesados conforme a las leyes venezolanas. Esta amenaza de persecución judicial, junto con la distribución de carteles con la leyenda “Se busca” en aeropuertos y calles de Venezuela, agravó aún más la crisis diplomática entre México y Venezuela.
La situación en Venezuela no solo ha provocado tensión con México, sino también con otros países de la región. A pesar de la postura de Sheinbaum, las críticas no han tardado en llegar. Organizaciones de derechos humanos y gobiernos de diversas naciones han manifestado su preocupación por la situación de la democracia y los derechos humanos en Venezuela. Sin embargo, el gobierno mexicano ha mantenido su firme postura de no intervención.
Por otro lado, Sheinbaum también ha sido cuestionada sobre su enfoque respecto a las relaciones con la oposición política interna de Venezuela, como el caso de María Corina Machado. La presidenta se ha mostrado en contra de la criminalización de la oposición política, abogando por el respeto a los derechos humanos y a la soberanía de los pueblos.
En un escenario internacional cada vez más complejo, la postura de Claudia Sheinbaum frente a la crisis venezolana subraya el compromiso de México con sus principios constitucionales, especialmente en lo que se refiere a la no intervención. Aunque la situación política en Venezuela sigue siendo tensa, la presidenta mexicana ha optado por mantenerse firme en su respeto a la soberanía y evitar comentarios que puedan intensificar la polarización.
México, a través de Sheinbaum, ha decidido no involucrarse en los conflictos internos de Venezuela, reafirmando su tradición de neutralidad y respeto por los derechos humanos, incluso ante las críticas más contundentes.
Sheinbaum: No criminalizar a opositores en Venezuela