La galardonada con el Nobel de la Paz, Malala Yousafzai, invitó a las menores mexicanas a confiar en sí mismas; además llamó a los líderes a tomar decisiones para ellas
La activista por la educación y ganadora del premio Nobel, Malala Yousafzai, dio un mensaje para alentar a todas las niñas mexicanas: “Cree en ti misma”.
Cuando la joven pakistaní habla, imprime tal seriedad a cada una de sus palabras, como si estuviera en juego el futuro de cada niña. Porque es así.
“Sabes, eres capaz de tantas cosas. No hay nada que no puedas hacer, y a veces, el ruido a tu alrededor te dirá que no puedes. Pero ve por el cambio que quieres”, dice la activista en su participación al concluir la cumbre Habla, que se llevó a cabo ayer en la Ciudad de México.
Sus ideas van dirigidas a las niñas que hoy están creciendo en nuestro país.
“Piensen en cómo pueden formatear a México y darle forma al futuro. Las niñas son importantísimas e importantes ahora mismo. Eso es lo que espero, quiero que las traten como expertas y expertas en sus derechos”, afirma.
“No es en lo que se van a convertir, sino en lo que cada una es hoy”, asegura la joven, de 27 años de edad.
Por eso, hay temas que impactan a estas menores, como el acceso a la educación, el acoso y la falta de apoyo.
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Yousafzai fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz en 2014 por su lucha por el derecho de todos los niños del mundo a recibir educación.
ÍCONO GLOBAL
Hoy es un icono global por sus esfuerzos por hacer que todas las niñas puedan ir a la escuela.
“El futuro de cada niña me mantiene activa”, insiste durante el conversatorio, en el que la acompañó Rachel Brazier, encargada de Negocios de la Embajada Británica en México.
A pesar de que hay avances en la educación y se ha acercado a su objetivo, cumple su labor como activista y sigue trabajando.
“Hice lo que el Talibán no quería que yo tuviera. Y tuve mucha presión. Ahora me siento tan afortunada de que me gradué en 2020 y cuando me pongo a pensar en lo que hemos logrado, es todo lo que importa”, asegura.
Inicia su mensaje en español, con un “hola”. Luego pasa al inglés para hablar de cuánto disfruta los tacos.
Y reconoce que por primera vez nuestro país está gobernado por una mujer presidenta y apela a la sororidad.
“Son noticias positivas para las niñas en general, pues otra mujer puede entender cómo cambia la vida cuando la misoginia toma el control”, asegura la joven que fue reconocida como una las personas más influyentes del mundo por la revista Time de 2013 a 2015.
Celebró el papel de México en la defensa por los derechos de las mujeres activistas afganas, “han sido un país líder en la lucha contra el apartheid contra las mujeres”.
OBSTÁCULO GLOBAL
Malala ha conocido a mujeres que el día de su boda forzada se quitaron los tacones para correr y escaparse, otras chicas que traían un diccionario en la mochila siempre, o soñaban con ser arquitectas para reconstruir su ciudad destruida por el terrorismo.
“Yo quería que todo el mundo se despertara, sé que hoy hay muchas niñas que se sienten igual que yo, hoy se les prohíbe el acceso a la educación secundaria. Y esta misión que tengo es importante”, insiste.
En 2007, el régimen fundamentalista del Talibán tomó el control del valle de Swat, donde nació Malala e incendió las escuelas para niñas para evitar que ellas estudiaran.
Con 11 años, Malala comenzó un diario de los acontecimientos, publicado en 2009 por la cadena BBC Urdu.
Bajo el pseudónimo Gul Makai (Flor de maíz), registró los abusos del régimen radical, consigna Amnistía Internacional.
En 2012, dos talibanes le dispararon en su autobús escolar. Fue trasladada a un hospital de Reino Unido y despertó diez días después del atentado.
Desde entonces, cada día su padre la inspira y le contagió el amor por la educación y la enseñanza.
Mientras que su mamá es una mujer fuerte que encaró las restricciones de una sociedad limitante.
“Ahora cuando pienso en mi mamá, admiro su resiliencia y su valentía. Ella llegó al preescolar y se dio cuenta que ninguna niña iba al preescolar. Salió y vendió sus libros, pero entendió después lo valiosa que es su educación”, concluye.