La reforma propuesta por Claudia Sheinbaum, que busca ofrecer una mayor protección social a los repartidores de plataformas digitales, ha sido objeto de críticas por parte de Uber.
Nicolás Sánchez, director de Asuntos Públicos de Uber, considera que la propuesta es inviable en su forma actual, aunque reconoce que el enfoque de la iniciativa es el correcto.
El conflicto central se basa en las diferencias fundamentales entre el empleo tradicional y el modelo utilizado por los repartidores de plataformas como Uber, Didi y Rappi. Según Sánchez, aplicar los mismos esquemas de protección social, diseñados para trabajos con horarios fijos y supervisión directa, es incompatible con la flexibilidad que caracteriza a los repartidores de estas plataformas.
En una entrevista en Radio Fórmula, Sánchez explicó que, aunque la compañía apoya la idea de asegurar niveles adecuados de protección para los trabajadores de plataformas, la reforma requiere un “perfeccionamiento”. Según el directivo, la propuesta de Sheinbaum no considera las particularidades del trabajo en plataformas, donde la mayoría de los repartidores se conectan menos de 10 horas a la semana.
En México, se estima que más de 2.5 millones de personas dependen del trabajo en plataformas digitales, ya sea como su fuente principal de ingresos o como un complemento. A diferencia del empleo tradicional, los repartidores suelen tener un horario flexible y trabajar menos horas. Muchos de ellos son estudiantes o personas que ya tienen otro trabajo, lo que dificulta la implementación de un modelo diseñado para empleados a tiempo completo.
Sánchez enfatizó que el 70% de los repartidores trabaja menos de 10 horas a la semana, lo que genera dificultades al tratar de encajar su situación en un esquema diseñado para trabajadores de 48 horas semanales. Como explicó, muchos repartidores combinan su labor en plataformas con otras actividades, ya sean laborales o familiares. Aquellos que aprovechan breves momentos de su día para generar ingresos no podrían adaptarse fácilmente a un sistema pensado para empleados con horarios regulares y un supervisor directo.
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El directivo de Uber también subrayó la importancia de pensar de manera innovadora para encontrar un modelo que beneficie tanto a las plataformas como a los repartidores. “Es necesario adoptar un enfoque más creativo. Hay países donde ya se han alcanzado acuerdos que favorecen a ambas partes”, comentó, haciendo un llamado a establecer mesas de diálogo.
El pasado lunes, representantes de Uber y otras plataformas se reunieron con la Secretaría del Trabajo. Según Sánchez, ambas partes acordaron iniciar un periodo de diálogo y establecer mesas de trabajo para evaluar la viabilidad de la reforma. Este proceso tiene como objetivo encontrar un equilibrio entre garantizar la protección social de los repartidores y adaptarse a la naturaleza flexible de su trabajo.
“Estamos abiertos al diálogo. Sabemos que es posible encontrar una solución, pero debemos pensar de manera innovadora para desarrollar un modelo que funcione”, añadió Sánchez. Por lo tanto, la iniciativa de Sheinbaum, aunque bien intencionada, parece estar en una fase de ajustes que requerirá negociaciones entre el gobierno, las plataformas y los repartidores.
Este debate sobre la protección de los repartidores destaca la creciente dependencia de las economías modernas en plataformas digitales. A medida que aumenta el número de personas que trabajan en estas plataformas, surge el desafío de garantizar que sus derechos sean protegidos sin sacrificar la flexibilidad que hace atractivo este modelo laboral.
La reforma impulsada por Claudia Sheinbaum representa un avance en esta dirección, pero su implementación exitosa dependerá de lograr un equilibrio entre la viabilidad financiera y la protección de los trabajadores.