Una mujer se vio obligada a huir de su casa por la invasión de cientos de mapaches; los había alimentado por más de tres décadas
En el condado de Kitsap, en Washington, una mujer tuvo que abandonar su hogar después de que más de 100 mapaches salvajes rodearan su casa. Durante casi 40 años, la mujer alimentó a estos animales sin problemas, pero durante las últimas semanas la situación se descontroló, según informaron las autoridades locales.
El número de mapaches que frecuentaba su patio trasero creció de manera exponencial en las últimas seis semanas, lo que llevó a la mujer, cuyo nombre no fue revelado, a solicitar ayuda. El oficial Kevin McCarty, quien atendió la emergencia, relató a medios locales que “el rumor de la comida parece haberse extendido entre los mapaches”, atrayendo a un número cada vez mayor.
Lo que alguna vez fue una interacción pacífica se tornó caótica cuando comenzaron a llegar decenas de nuevos mapaches, algunos mostrando actitudes más hostiles.
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Durante más de tres décadas, la mujer no había experimentado amenazas por parte de los animales. Sin embargo, en los últimos dos meses, la población de mapaches se multiplicó hasta alcanzar más de 100 ejemplares, lo que generó preocupación entre los residentes de la comunidad.
Según McCarty, “nadie en el área había visto una concentración tan grande de mapaches en un solo lugar.”
El punto crítico llegó cuando los mapaches empezaron a comportarse de manera agresiva, arañando las ventanas y puertas de la casa en busca de comida. Ante esta situación, la mujer decidió finalmente pedir auxilio a la oficina del sheriff.
El jueves 3 de octubre, oficiales acudieron al lugar y lograron que la mujer saliera de la casa y abordara su vehículo, mientras los mapaches continuaban rondando su propiedad. Las autoridades dijeron que aunque no son especialmente agresivos, los mapaches podrían reaccionar violentamente a una irrupción en lo que ellos consideran su territorio.
¿Qué pasará con los mapaches?
Los mapaches serán reubicados por el Departamento de Peces y Vida Silvestre de Washington en áreas naturales adecuadas. La mujer ha sido informada de que su conducta provocó una infestación, pero cooperará con el programa de reubicación de los animales.
Afortunadamente, no enfrentará sanciones, aunque el costo del proceso de reubicar a los más de 100 mapaches podría ascender a 500 dólares por cada animal, según la oficina del sheriff de Kitsap.
Esta curiosa historia ha llamado la atención del público, en especial debido a la viralidad de videos en TikTok que muestran situaciones similares con mapaches, lo que ha incrementado el interés en la interacción entre humanos y animales salvajes.
Hábitos de los mapaches
Los mapaches (Procyon lotor) son mamíferos nocturnos conocidos por su adaptabilidad y habilidades para obtener alimento. En su entorno natural, estos animales son omnívoros, lo que significa que consumen una amplia variedad de alimentos.
Su dieta incluye frutas, nueces, insectos, pequeños vertebrados y peces. Sin embargo, los mapaches que viven cerca de áreas urbanas también se han acostumbrado a alimentarse de restos de comida humana, incluidos desperdicios y alimentos para mascotas.
En cuanto a su comportamiento social, los mapaches son en su mayoría solitarios, excepto durante la temporada de apareamiento y cuando las madres cuidan a sus crías.
Las hembras, tras dar a luz a una camada de entre 2 y 5 crías, las cuidan solas durante aproximadamente un año. Aunque los mapaches son independientes, no es raro que varios individuos se reúnan en áreas con abundante alimento, como basureros o fuentes de comida accesibles.
Estos animales son muy inteligentes y tienen una excelente memoria a corto plazo, lo que les permite recordar fuentes de alimentos durante semanas. También son conocidos por su capacidad para manipular objetos con sus patas delanteras, lo que los convierte en eficaces recolectores de alimentos.
La interacción frecuente con humanos y el acceso a comida en áreas urbanas han hecho que los mapaches se acostumbren a estas fuentes. Sin embargo, su cercanía puede generar conflictos, ya que pueden volverse dependientes de la comida proporcionada por humanos.