Durante la conferencia matutina del 9 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue interrogado acerca de las recientes declaraciones de Alejandro ‘Alito’ Moreno.
Moreno acusó al gobierno de ejercer presión sobre los legisladores para que voten a favor de la Reforma Judicial, afirmando que algunos han recibido amenazas del crimen organizado.
En respuesta, AMLO optó por no profundizar en el asunto, pero reconoció que los líderes de los partidos y otras figuras públicas tienen el derecho de expresar sus opiniones libremente. “Son libres de opinar”, comentó el mandatario. Aunque no ofreció detalles adicionales, la respuesta de AMLO fue interpretada como una postura de neutralidad frente a las acusaciones de presiones ilegales en el debate sobre la Reforma Judicial.
Durante una intervención en la sesión de las Comisiones de Puntos Constitucionales, Alito Moreno denunció que los senadores del PRI han recibido amenazas de grupos relacionados con el crimen organizado. Según el líder priista, estas amenazas están destinadas a presionar a los legisladores para que voten a favor de la Reforma Judicial promovida por Morena, creando un clima de miedo e incertidumbre entre los miembros de su bancada.
Moreno subrayó que, además de las amenazas, los legisladores también han enfrentado presiones económicas y ofertas corruptas de fiscales y otras entidades interesadas en que la reforma sea aprobada. En respuesta a esta situación, el PRI ha implementado medidas preventivas, como la presentación de licencias para proteger a los legisladores en caso de que enfrenten incidentes antes de la votación en el Senado.
Aunque AMLO no proporcionó una respuesta detallada a las acusaciones de Alito Moreno, su actitud de evitar confrontaciones es coherente con su estilo de mantenerse al margen de disputas políticas con la oposición. Al ser cuestionado sobre Larry D. Rubín, dirigente de la American Society of Mexico, quien también ha expresado preocupaciones sobre el tema, AMLO simplemente dijo que no conocía a la persona y que prefería no hacer comentarios adicionales.
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Este enfoque de evasión ha dado lugar a diversas interpretaciones. Algunos lo ven como una manera de minimizar las acusaciones, mientras que otros consideran que la respuesta del presidente busca evitar intensificar el conflicto con la oposición en un momento crítico del debate sobre la Reforma Judicial.
Las denuncias de Alito Moreno han generado agitación en el ámbito político. Legisladores de varios partidos han expresado su preocupación por las posibles presiones externas que podrían estar afectando el proceso legislativo. Por su parte, los aliados de Morena han defendido la legalidad del proceso de la Reforma Judicial, rechazando cualquier vínculo con actos ilegales o amenazas.
La Reforma Judicial ha sido un tema central en la agenda política de AMLO, quien pretende transformar el Poder Judicial para hacerlo más accesible y menos corrupto. Sin embargo, la oposición sostiene que la reforma podría poner en riesgo la independencia judicial y otorgar más poder al Ejecutivo.
La discusión sobre la Reforma Judicial en el Senado está lejos de concluir. El siguiente paso será la votación en el pleno, donde se requerirá una mayoría calificada para que la reforma sea aprobada. Las denuncias de Alito Moreno y las reacciones de AMLO han agregado una nueva capa de tensión a un proceso ya controversial.
Los próximos días serán cruciales, ya que los legisladores deberán enfrentar no solo presiones externas, sino también el desafío de asegurar un debate democrático y justo. Lo que está en juego es mucho más que una reforma: se trata del futuro del sistema judicial en México.