El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu ha asegurado que la campaña en Gaza permitió eliminar a líderes de Hamás y a miles de terroristas
Benjamin Netanyahu afirmó queen los últimos días su país “asestó golpes devastadores” a sus enemigos, señalandola muerte del comandante del movimiento libanés Hezbolá, Fuad Shukr, abatido en un bombardeo cerca de Beirut.
El dirigente israelí no hizo referencia alguna durante su discurso televisado a la muerte en Teherán del líder político del movimiento islamista palestino Hamás, Ismail Haniyeh.
Sin embargo, defendió la campaña militar israelí en Gaza y aseguró que si su país hubiese sucumbido a la presión para poner fin a la guerra en el territorio palestino “no [habrían] eliminado a líderes de Hamás y miles de terroristas”.
Netanyahu si habló explícitamente de la muerte el martes de Shukr, a quien Israel responsabilizó del ataque con cohete contra una cancha de fútbol el sábado en una zona del territorio anexado de los Altos del Golán, que dejó doce niños muertos.
“Abatimos a la mano derecha de Hasán Nasralá (el líder de Hezbolá) que era el responsable directo de una masacre de niños”, dijo el primer ministro.
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“Hemos saldado nuestras cuentas con Mohsen y saldaremos nuestras cuentas con cualquiera que nos haga daño”, declaró utilizando el nombre de guerra de Shukr.
“Cualquiera que mate a nuestros niños, cualquiera que asesina a nuestros ciudadanos, cualquier que haga daño a nuestro país, su cabeza tiene un precio”, añadió.
El movimiento libanés chiita afín a Irán negó estar detrás del ataque del sábado en los Altos del Golán.
La guerra en Gaza fue desencadenada el 7 de octubre, cuando milicianos islamistas atacaron el sur de Israel y mataron a mil 197 personas, en su mayoría civiles.
Los combatientes también secuestraron a 251 personas. El ejército estima que 111 siguen cautivas en Gaza, de las que 39 habrían fallecido.
En respuesta, Israel lanzó una campaña militar en Gaza que ha matado al menos a 39 mil 445 personas, según el Ministerio de Salud del territorio.
Temor a represalias
El líder de Hamás, Ismail Haniye, fue asesinado en la capital iraní, Teherán, en la madrugada del miércoles, un atentado que suscitó amenazas de venganza contra Israel y avivó la preocupación de que el conflicto de Gaza se convierta en una guerra más amplia en Oriente Medio.
El grupo militante islamista palestino y la Guardia Revolucionaria iraní confirmaron la muerte de Haniye. Los Guardianes afirmaron que ocurrió horas después de que asistiera a la ceremonia de investidura del nuevo presidente de Irán.
Aunque se da por hecho que el atentado fue obra de Israel, el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu no reivindicó la autoría y dijo que no hará comentarios al respecto.
Haniye murió por un misil que le alcanzó “directamente” en una casa de huéspedes estatal donde se alojaba, dijo Khalil Al-Hayya, un alto cargo de Hamás, en una conferencia de prensa en Teherán, citando a testigos. “Ahora estamos esperando la investigación completa de los hermanos (iraníes)”, agregó.
Haniye, que normalmente residía en Qatar, fue el rostro de la diplomacia internacional de Hamás durante la guerra desencadenada tras el ataque del grupo palestino contra Israel el 7 de octubre. Había participado en conversaciones indirectas con mediación internacional para lograr un alto el fuego en el enclave palestino.
La muerte se produjo menos de 24 horas después de que Israel matara al comandante militar de mayor rango de Hezbolá en la capital libanesa, Beirut, en represalia por un mortífero ataque en los Altos del Golán, bajo ocupación israelí.