La nave trajo 2 kilogramos de regolito rocoso recolectado del Polo Sur de la Luna, en la cuenca Aitken.
China ha marcado otro hito en su programa espacial al traer de regreso a la Tierra las primeras muestras de rocas de la cara oculta de la Luna, un logro sin precedentes en la exploración lunar.
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La sonda lunar china Chang’e-6 aterrizó en la región autónoma de Mongolia Interior de China a las 14:07 hora de Beijing después de un viaje que duró meses a la cara oculta de la luna, en gran parte inexplorada.
La nave trajo en su carga 2 kilogramos de regolito lunar rocoso recolectado a través de un taladro de la cuenca Aitken del Polo Sur de la luna que los científicos esperan estudiar y que se prevé, revelen pistas sobre la historia temprana del sistema solar.
Se cree que este volcán de 2 mil 500 kilómetros de ancho se formó hace 4 mil 260 millones de años, mucho antes que otros cráteres de la superficie lunar que emergieron en un evento llamado “fuerte bombardeo tardío”.
Las muestras podrían revelar más sobre la formación temprana de la luna y también mostrar si hay suficiente agua en el polo sur lunar para sustentar colonias humanas.
Esta misión fue particularmente desafiante desde el punto de vista técnico porque ninguna señal de radio de la Tierra puede llegar directamente a la cara oculta de la Luna, una región en gran parte inexplorada.
Esta es la sexta de ocho misiones en el programa lunar de China y la segunda vez que la nación coloca un módulo de aterrizaje en la cara oculta de la Luna, sin embargo, esta primera misión no regresó a la Tierra.
China planea lanzar el Chang’e-7 en 2026 y el Chang’e-8 en 2028, este último probará las tecnologías necesarias para establecer una base tripulada en el polo sur de la Luna para de 2030, donde se cree, abunda agua congelada.