La historia de Nadia Isabel y Elia Arzate Peralta, es una de tantas que ilustran la forma de operar de Javier Duarte. Las dos mujeres tenían una fonda, un negocio de comida rápida. Raudo este negocio prosperó hasta que pudieron constituir una empresa llamada Consorcio Brades, que depositó más de 223 millones de pesos a Moisès Manzur Cisneros, uno de los operadores de Duarte por la compra de terrenos ejidales en el estado de Campeche. La empresa de las hermanas Arzate pudo hacer estas operaciones, pues de manufactureras de pescado a la veracruzana y pescadillas, acabaron obteniendo jugosos contratos de la administración de Javier Duarte, lo que les permitió las operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Las hermanas aquí citadas, ya están en la cárcel, confesas y sentenciadas. Aceptaron su culpabilidad a cambio de que les retiraran el delito de delincuencia organizada, negociación que al más puro estilo de los fiscales gringos, acepta nuestro nuevo sistema penal acusatorio. Es decir reconocieron que lavaron dinero para Javier “N” y su esbirro.
Lo más importante es que el proceso de las señoras Arzate, fue juzgado y sentenciado por el juez de control del Centro de Justicia Penal en el Reclusorio Norte Gerardo Moreno García, el mismo que conduce ahora el caso Duarte, esto quiere decir que conoce perfectamente el tema.
La audiencia que culminó el sábado tiene dos partes. Una la de imputación en donde el MP sólo presenta los delitos y el rumbo de la fase de investigación en contra de aquel que es señalado de estar como implicado en el hecho delictivo, en donde el abogado defensor se engalló, y otra de vinculación en donde las partes presentan su caso y sus pruebas.
Por lo anterior podrá usted comprender que, los excesos histriónicos del abogado Del Toro en la audiencia en donde se imputó a Javidu los delitos en su contra fueron sólo eso, una maniobra para volcar a la opinión pública en contra del Ministerio Público y poner en duda la solidez del caso.
La broma se le acabó a Del Toro el sábado en la audiencia en la cual el juez Moreno García vinculó a proceso a su cliente, después de 12 horas de alegatos y exposición del caso. En esta audiencia, ahora sí, las partes deben de enumerar los elementos probatorios con los que cuentan unos para encarcelar y otros para defender al implicado.
En un principio el señor Del Toro se burló de la PGR pues argumentó que su acusación desarrollada en Power Point parecía un “Nintendo” mientras el presentaba su caso en hojas de rotafolio impresas, la broma se explica sola y se ahoga en la modernidad. Posteriormente arremetió de nuevo en contra de la primera audicencia, diciendo que la acusación de la federación fue gaseosa, que solo comprueba los 38.5 mdp que se hablaron el lunes, pero reconocía que ahora “si estaban explicando”, a esto la representación social respondió que no movieron un ápice su postura, lo acusan de operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada y que si hablaron de los 38 millones fue por que solo eso preguntó el defensor. La vinculación a proceso finalmente fue por un monto de cientos de millones de pesos.
En esta ocasión la PGR demostró la existencia de 11 empresas fachada operadas por 9 prestanombres de Duarte, incluidas las hermanas Arzate que ya están condenadas por los mismos hechos.
Espero que después de la conclusión de esta audiencia y sus resultados, muchos compañeros periodistas se puedan acercar un poco más al proceso penal acusatorio y de esta manera no emitir opiniones incendiarias que confundan a la opinión pública.
Quiero dejar claro que no se ha ganado nada, no hay condena alguna, esto es tan solo el comienzo del proceso, ahora viene lo importante, el juicio oral propiamente. La responsabilidad de la PGR terminará cuando se le dicte sentencia condenatoria a este petardo y la misma quede firme, es decir que no exista procedimiento legal que la pueda revertir, además de la incautación de cuánto bien pueda haber robado a los veracruzanos. Pero sería muy bueno que si Duarte tiene la presunción de inocencia, le demos a la autoridad la de competencia para lograr que no salga de la cárcel en un buen rato. Entiendo que la incompetencia los precede, pero quiero pensar que están conscientes de que este país no aguanta más. En lo particular conozco a Raúl Cervantes, el procurador no está ahí por dinero, tiene suficiente y no condenar a Duarte lo hundiría en el desprestigio y creo que para el no es un escenario.
De la misma forma esto no borra la corrupción imperante y no resuelve las casas y los socavones que hay en el país, solo espero sea el comienzo de un cambio para regresarle al país dignidad. Lo que lamento es la bola de personajes que parecía les daba gusto el presunto traspié de la PGR que como consecuencia hubiera dejado libre al ex gobernador, que todo mundo entiendo quiere pagando por sus delitos. De verdad que la mezquindad o la estupidez de algunos no tiene límites.