El oftalmólogo Luis Rafael Nieto explicó en Sale el Sol que esta enfermedad suele desarrollarse de manera silenciosa en la mayoría de los casos.
El glaucoma, una enfermedad que daña el nervio óptico del ojo, se ha convertido en una preocupación mundial creciente. Con alrededor de 80 millones de personas afectadas, México ocupa el segundo lugar en prevalencia, después de Estados Unidos.
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Por ello, el oftalmólogo, Luis Rafael Nieto, explicó en Sale el Sol que, esta enfermedad, en la mayoría de los casos, se desarrolla de manera silenciosa. Sorprendentemente, entre el 20 por ciento y el 30 por ciento de los afectados desconocen que la padecen, ya que no presenta síntomas evidentes en sus primeras etapas.
Sin embargo, el especialista comentó que las consecuencias pueden ser devastadoras si no se detecta a tiempo. Se estima que para el año 2040, el número de afectados aumentará significativamente si no se toman medidas preventivas adecuadas.
Así también Luis Rafael Nieto, detalló en Sale el Sol las tres fases distintas del padecimiento:
- La primera fase, congénita en su naturaleza, se refiere al desarrollo temprano del glaucoma.
- La segunda fase, conocida como aguda de ángulo cerrado, se caracteriza por episodios dolorosos que requieren intervención quirúrgica urgente.
- La tercera fase, de ángulo abierto, es la más insidiosa, ya que suele avanzar sin mostrar síntomas evidentes hasta etapas avanzadas, alarmantemente, esta etapa es responsable de la ceguera en aproximadamente 14 millones de mexicanos, de los cuales menos de la mitad son conscientes de su condición.
Por otra parte, el experto en el tema mencionó que la prevención y el control son fundamentales en la lucha contra el glaucoma. Es imperativo que las personas mayores de 40 años se sometan a exámenes oftalmológicos anuales, incluso si no experimentan síntomas.
Aunque no existe una cura definitiva, el tratamiento oportuno y el seguimiento regular con especialistas pueden ayudar a controlar la enfermedad y prevenir complicaciones graves. Es crucial destacar que, el glaucoma tiene un componente hereditario, lo que subraya la importancia de la detección temprana y el monitoreo constante, especialmente en aquellos con antecedentes familiares de la enfermedad.