El cáncer de ovario, a pesar de su menor visibilidad en comparación con otros tipos de cáncer, es una preocupación de salud relevante para las mujeres a nivel global.
El cáncer de ovario, aunque menos evidente que otros tipos de cáncer, es una preocupación de salud significativa para las mujeres en todo el mundo. Este tipo de cáncer se define por el crecimiento desordenado de células anormales en los ovarios, los órganos femeninos encargados de producir los óvulos.
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A pesar de su gravedad, el cáncer de ovario a menudo es llamado “el asesino silencioso” debido a su naturaleza insidiosa y la dificultad de detectarlo en sus etapas tempranas.
¿Qué es el cáncer de ovario?
El cáncer de ovario ocurre cuando se forman células malignas en los tejidos de los ovarios. A diferencia de otros cánceres, no presenta síntomas claros en sus primeras etapas, lo que dificulta su diagnóstico precoz.
En comparación con el cáncer de mama, el cáncer de ovario es menos frecuente. Sin embargo, la mortalidad asociada al cáncer de ovario puede ser más alta debido a que se diagnostica, en muchos casos, cuando ya está bastante avanzado.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer de ovario?
Identificar los síntomas del cáncer de ovario es complicado, ya que pueden ser vagos y similares a los de otras condiciones menos graves.
Entre los síntomas más comunes se incluyen el dolor abdominal o pélvico, aumento del tamaño abdominal, necesidad urgente y frecuente de orinar y dificultades digestivas como estreñimiento.
Otros síntomas pueden incluir cansancio extremo, pérdida de peso inexplicable y cambios en los hábitos menstruales.
Es crucial prestar atención a estos signos si son persistentes y consultar a un médico para una evaluación adecuada.
Factores de riesgo para el cáncer de ovario
Existen varios factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer de ovario.
La genética juega un papel importante; por ejemplo, las mujeres con mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 tienen un riesgo significativamente mayor.
Otros factores incluyen la edad avanzada, la historia reproductiva y menstrual, ciertos tratamientos de fertilidad, y el uso prolongado de terapia hormonal después de la menopausia.
Sin embargo, tener uno o más de estos factores no significa que una mujer definitivamente desarrollará la enfermedad; son indicadores de riesgo que deben ser considerados y monitoreados.
Prevención del cáncer de ovario
Aunque no hay una manera segura de prevenir el cáncer de ovario, hay estrategias que pueden ayudar a reducir el riesgo. Estas incluyen cirugía preventiva en mujeres con alto riesgo genético y cambios en el estilo de vida, como mantener un peso saludable y optar por una dieta rica en frutas y verduras.
También es vital la realización de chequeos regulares, especialmente si se tiene un historial familiar de cáncer de ovario o mutaciones genéticas conocidas.