En Bangladesh, el mes de abril es generalmente el más cálido, pero este año se han registrado temperaturas récord en todo el país; han llegado hasta 42°C
Con temperaturas de hasta 42 grados centígrados, en Bangladesh se han tenido que suspender las clases presenciales. Este año se ha registrado una peores olas de calor en este país del sur de Asia.
Para la adolescente Mohua Akter Nur no es tan fácil estudiar desde la sofocante casa familiar. La joven de 13 años vive con sus padres y su hermano menor en un pequeño apartamento de una sola pieza, donde el calor es al menos tan sofocante como en las calles de Daca, la capital de Bangladesh.
“El calor es intolerable. Nuestra escuela está cerrada, pero no puedo estudiar en casa. El ventilador eléctrico no nos refresca”, explica. “Y cuando hay cortes de corriente de una o dos horas, es el infierno”, añade.
Los termómetros superaron los 42 ºC la semana pasada en el país. Según los servicios meteorológicos nacionales, las temperaturas máximas en Daca esta semana fueron entre cuatro y cinco grados superiores a la media de los 30 últimos años en este periodo.
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Pocas escuelas en la capital disponen de climatización, con lo que hubiera sido inútil dar clases. Las autoridades bangladesíes prevén reabrir estos centros a partir del 28 de abril.
“Abril es generalmente el mes más cálido en Bangladesh. Pero este mes de abril ha sido uno de los más cálidos desde la independencia” en 1971, declaró el meteorólogo Tariful Newaz Kabir. “Prevemos que las temperaturas altas persistan hasta finales de mes”, añadió.
La madre de Mohua, Rumana Islam, se ha ido a acostar en un rincón de la casa, sudada después de cocinar para la familia y pasar una noche en vela por el calor.
“El año pasado hacía calor, pero este año hace más calor que nunca. Es simplemente insoportable”, dice. “En los pueblos, se puede salir y refrescarse a la sombra de los árboles. Hay algo de brisa que viene de las tierras agrícolas”, explica. “Pero aquí, en Daca, quedarte sentada en casa es todo lo que se puede hacer”.
El edificio donde vive Mohua y su familia alberga decenas de hogares de bajos ingresos. Sus habitantes dormitan toda la tarde.
“El calor es tan intenso que es difícil conducir en estas condiciones”, afirma Mohammad Yusuf, un residente de 40 años, conductor de reparto como el padre de Mohua y muchos otros vecinos. “Puedes tener algo de tregua si el climatizador funciona”, continúa. “Pero cuando estás afuera, tienes la sensación de arder”.
Naciones Unidas señaló recientemente que Asia fue la región más afectada por fenómenos climático extremos en 2023, como olas de calor, inundaciones y tormentas que causaron graves pérdidas humanas y económicas.
“La gravedad de esta ola de calor señala la necesidad urgente de actuar para proteger a los niños del empeoramiento de los impactos del cambio climático”, dijo Unicef, la agencia para la infancia de la ONU.
A mitad de semana, fieles musulmanes se congregaron en las mezquitas de las ciudades y los pueblos de Banglades fa para suplicar por la llegada de la lluvia.
“La vida se ha vuelto insoportable debido a la falta de lluvias”, declara el imam Muhammad Abu Yusuf después del rezo matinal ante un millar de personas en Daca. “Los pobres sufren enormemente”, asegura.
Los hospitales del distrito de Patuakhali, en la costa sur, alertaron de epidemias locales de diarrea debido a las altas temperaturas y la alta salinidad de las fuentes de agua, señala el doctor Bhupen Chandra Mondal.
“El número de pacientes diarreicos es muy elevado este año”, afirma. “Todo esto está vinculado al cambio climático”, asegura.
Con 171 millones de habitantes, Bangladesh suele estar en primera línea de los efectos del cambio climático, golpeado regularmente por potentes ciclones e inundaciones cada vez más frecuentes e intensas.