Un descubrimiento escalofriante: Autoridades encuentran a menores afectados por violencia.
En enero, una operación conjunta entre la Policía de Risaralda y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar reveló una situación aterradora en Santa Rosa de Cabal. En una residencia en el barrio San Vicente, se encontraron dos niños, hermanos de 4 y 5 años, evidenciando claros signos de maltrato infantil y tortura, siendo que uno de ellos aún estaba atado.
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El vídeo, con una duración que supera los cuatro minutos, registra el instante en que los oficiales de policía ingresan a la vivienda. La niña es captada mostrando su mano quemada a una funcionaria, y relata que fue su “Papá Daniel” quien le infligió las lesiones. Este testimonio ha conmocionado a la comunidad, desencadenando una oleada de indignación y llamados a la justicia.
Los responsables de estos actos inhumanos, identificados como Mitchell Yuliana Flórez Martínez, de 26 años, madre de los niños, y Daniel Ochoa, de 28 años, padrastro de los menores, fueron detenidos ese mismo día. Un juez determinó su reclusión preventiva mientras avanzan las investigaciones. Sin embargo, los detalles específicos del proceso judicial aún son inciertos, y la sociedad espera ansiosa por actualizaciones.
El caso ha despertado un debate sobre la eficacia de los mecanismos de protección a menores y la necesidad de fortalecer las instituciones encargadas de garantizar su bienestar. La filtración del video no solo ha servido para evidenciar la brutalidad de los agresores, sino también para poner en relieve las lagunas en el sistema de vigilancia y protección infantil.