El fabricante de equipos de telecomunicaciones móviles Ericsson informó el martes de una pérdida mayor que lo previsto en el segundo trimestre y redujo su pronóstico del mercado de infraestructura móvil, en un nuevo golpe a la firma sueca mientras busca restablecer una rentabilidad.
La compañía ha reducido empleos y acelerado los recortes de costes, al tiempo que sus acciones han perdido aproximadamente un tercio de su valor en los últimos dos años, y algunos inversores temen que los planes del nuevo CEO, Borje Ekholm, no sean suficientes para generar crecimiento.
La firma, que sorprendió a los inversores a principios de este año al anunciar 1,700 millones de dólares en provisiones, descuentos y costes de reestructuración, dijo que ahora cree que el mercado de infraestructura móvil se debilitará en un porcentaje de un dígito alto este año, comparado con su guía anterior de un declive de un 2 a un 6 por ciento.
“A la luz de las perspectivas actuales del mercado, aceleraremos nuestras medidas para asegurar que podamos cumplir con nuestro objetivo de duplicar el margen operativo de 2016 más allá de 2018”, dijo en un comunicado Ekholm, quien tomó las riendas en enero.
La pérdida operativa en el segundo trimestre fue de 1,200 millones de coronas suecas (145.3 millones de dólares), frente a una ganancia de 2,800 millones de coronas el año anterior y una previsión promedio de una pérdida de 244 millones de coronas en un sondeo de analistas.
Las ventas de Ericsson, uno de los principales fabricantes mundiales de equipos de redes móviles, ascendieron a 49,900 millones de coronas, frente a un pronóstico promedio de 50,500 millones de coronas, mientras que el margen bruto fue de un 27.9 por ciento frente al 28.4 por ciento previsto por los analistas.