Después de completar 54 presentaciones, el grupo culminó anoche su gira en el Estadio Azteca, donde más de 100 mil personas revivieron sus años de adolescencia y juventud.
En los albores del nuevo milenio, un grupo originado en una telenovela se arraigó en la memoria de multitudes, personificando todo lo que ellas representaban. RBD emergió como una fuerza crucial para una generación que los adoptó como inspiración para perseguir sus sueños y, por supuesto, para ser rebeldes.
Pasaron 15 años desde que la banda se despidió de los escenarios antes de reunirse nuevamente, realizando una gira con más de 50 actuaciones, incluyendo siete en la Ciudad de México. Dulce María, Anahí, Maite, Christian y Christopher incendiaron el Estadio Azteca, mostrando a más de 100 mil personas cómo su espíritu rebelde los impulsó a emprender este viaje una vez más y culminarlo con un fervoroso amor.
Un escenario con una plataforma en el centro, en un universo en expansión, dejó ver que los chicos de la Elite Way School estaban listos para hacer de las suyas. El quinteto se adueñó del lugar y cautivó a la multitud que abarrotó el coloso de Santa Úrsula.
Cumpliendo su promesa en el audio de introducción, “Tras de mí” y “Un poco de tu amor” fueron los dos primeros estallidos de energía que el público necesitaba para dejar atrás el frío de la noche.
“Hoy es noche de graduación en el Elite Way School”, soltó Christian, arrancando los gritos del público que comentaba que con el frío que se sentía, el cantante era un valiente al salir con un corset.
Luego de un momento de agradecimiento por parte de cada uno de los integrantes, Christopher le dio la sorpresa a las 100 mil personas que, con sus celulares, los ayudaran a grabar un video.
“Vamos a grabar el primer video del primer sencillo para TikTok, esto es Cerquita de ti”, dijo antes de que el tema popero con toques de urbano pusiera a grabar a los fans.
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Aún hay algo y Otro día que va, en el que las chicas hicieron gala de un cambio de vestuario, hicieron saltar al público mientras preparaban una nueva descarga de energía.
“Arriba las mujeres”, gritó Anahí, quien por momentos dejaba salir a la Mía Colucci que lleva dentro mientras cantaba Así soy yo. Después, Maite dejó ver la dulzura de Lupita con Cuando el amor se acaba, y entonces Roberta se apoderó de Dulce María y la incendió con Fuego.
Christopher no dudó en mostrar sus dotes para hacer beatbox antes de agradecer y pedir “amor, empatía y perdón para todos esos lugares que lo necesitan, no más guerras. Esta canción se la dedico a todos los que ya no están aquí y a los de esta noche porque son unos guerreros y guerreras”, dijo antes de que su voz guiara la de miles en Inalcanzable.
Y como si fuera un gran karaoke, el medley de la era Rebelde hizo de las suyas con Tenerte y quererte, Me voy, Dame, Y no puedo olvidarte y Para olvidarte de mí, en las que algunas de las pulseras que el público recibió a la entrada encendieron en diferentes colores.
Los sombreros vaqueros en rosa, las minifaldas con botas altas, los sacos rojos y las corbatas transformaron el Azteca en una extensión de la Elite Way School, donde rolas como Enséñame y Qué hay detrás pusieron a bailar al público.
Y en la recta final, antes de cantar el éxito Sálvame, invitaron a subir al escenario a Pedro Damián, productor de la telenovela, quien se dijo orgulloso de ellos de cómo han crecido. Así llegaron Nuestro amor y Rebelde.