La historia es desgarradora, y más que la superficie es en las entrañas de lo enraizado lo que más perturba, lo que más duele, de esta extraordinaria producción
La expresión cinematográfica “Es un natural”, la escuché por primera vez, hace más de medio siglo, en boca de mi papá refiriéndose a la actuación del “oscareado”, Marlon Brando, por su papel en mi película favorita de todos los tiempos “El Padrino” (algún día escribiré largamente al respecto, ya adelanté un poco en LOS DONES II, cuando publique sobre la vida de Mario Puzo, el autor del libro y el guionista).
Todo esto viene a colación por el reconocido actor argentino Ricardo Darín, que sin la menor duda merece ese calificativo de natural -que significa claramente que no actúa- es simplemente un “natural”.
Invariablemente lo confirmo cada vez que lo veo en la pantalla, de su impresionante filmografía solo citaré menos de media docena de desempeños impactantes: “1985”, “El Secreto de sus ojos”, “Relatos Salvajes”, “Nueve Reinas”, “El hijo de la Novia”, y ahora incluyo, la última actuación donde se sublimó realmente en “ELEFANTE BLANCO”, porque trabaja simplemente genial, natural.
La historia es desgarradora, y más que la superficie es en las entrañas de lo enraizado lo que más perturba, lo que más duele, de esta extraordinaria producción.
Desgarradora desde un inicio, tanto Ricardo Darín (Julian) como Jérémie Renier (Nicolas) y, especialmente, Martina Gusmán (Luciana), lucen esplendorosos en medio de la misera, tanto moral como física, donde no muere la esperanza, que por cierto, requiere pervivir con la ignorancia y el caos, lo que es tan indispensable como indescriptible.
Nos recuerda a los misioneros Franciscanos y Jesuitas en misiones de siglos ya idos, valientes, fuertes, duros, pero dulces y sensibles, construidos en su inquebrantable fe.
Es una película obligada a ver ahora por NETFLIX francamente, aunque se estrenó en el Festival de Cannes hace una década, sigue más vigente que nunca.
Por favor y por amor al prójimo, no se la pierdan.
Buena Semana Siempre.
Carlos Mora Álvarez.
Carlos Mora Álvarez, especialista en comunicación política y relaciones públicas