El ser demoníaco surgió detrás de la cabeza del cardenal recién fallecido, presentando ojos desmesurados y prominentes colmillos.
Un demonio que permanecía oculto bajo capas de pintura y barniz en una obra del siglo XVIII fue revelado durante un proceso de restauración en el cuadro conocido como ‘La muerte del cardenal Beaufort’. Este cuadro, que representa un episodio de la obra ‘Enrique VI, Parte II’ de William Shakespeare, muestra al cardenal Beaufort en su lecho de muerte acompañado por el rey Enrique VI y dos lores.
La sorpresa surgió cuando los expertos de National Trust llevaban a cabo la restauración y descubrieron una zona oscura detrás de la cama donde yacía el cardenal, la cual había sido ocultada deliberadamente bajo múltiples capas de pintura. A medida que avanzaban en el proceso, se reveló la presencia de una figura, revelando finalmente el rostro de un demonio feroz con ojos desorbitados, grandes colmillos y unas orejas de dimensiones extraordinarias.
En un comunicado emitido por National Trust, se detalla que, en la literatura de la época, era aceptable introducir la idea de un demonio. No obstante, la inclusión visual de esta figura en una pintura confería una forma demasiado tangible a la representación. Los registros de las conversaciones con el artista revelan su resistencia ante los intentos de alterar la obra de esta manera.
En el contexto de aquella época, en la cual muchas obras eran encargadas, los artistas no gozaban de la libertad de incluir ciertos aspectos o figuras que consideraran relevantes. La censura imperante llevó al artista Sir Joshua Reynolds a preservar su creación ocultándola bajo gruesas capas de pintura. Finalmente, siglos después, la obra salió a la luz, revelando el demonio que permanecía oculto.
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Sir Joshua Reynolds, un destacado retratista británico del siglo XVIII, vivió entre 1723 y 1792, siendo uno de los principales exponentes del retrato durante la época georgiana. Nació en Plympton, Devon, Inglaterra, y desde joven demostró un notable talento artístico. Sus estudios en la Escuela de Artes de Londres y su viaje a Italia, donde exploró las obras de los grandes maestros, contribuyeron a su desarrollo artístico.
Reynolds se destacó como uno de los pintores más influyentes de su tiempo y desempeñó un papel destacado como miembro fundador de la Royal Academy of Arts en 1768.
Su enfoque artístico se centró principalmente en retratos, pintando una serie notable que capturaba a la sociedad aristocrática, intelectual y artística de la época. Su técnica distintiva y excepcional habilidad para plasmar la personalidad de sus sujetos lo consolidaron como un artista de renombre.
A lo largo de su carrera, Reynolds creó numerosos retratos de figuras prominentes, incluyendo miembros de la familia real y personalidades destacadas de la época.