Las cámaras de seguridad en la zona jugaron un papel fundamental al permitir la localización e identificación del asesino.
El 14 de septiembre pasado, un perturbador descubrimiento conmocionó a los residentes de una vivienda en el barrio Las Victorias de Palmira, Colombia. Un carrito de supermercado, abandonado y envuelto en bolsas de basura, ocultaba el cuerpo sin vida de Estefanía Arias Osorio, una vendedora ambulante de 53 años.
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Ante los rumores de un supuesto desmembramiento, las autoridades, incluido el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), acudieron al lugar para verificar la situación y confirmaron que se trataba de un homicidio.
El coronel Jesús Enrique Quintero, comandante de la Policía del Valle del Cauca, confirmó que Estefanía Arias Osorio había sido víctima de violencia, sufriendo golpes y asfixia. En un principio, el secretario de Gobierno de Palmira, coronel Rodrigo Cepeda, ofreció una recompensa por información que pudiera llevar a la identificación de los responsables.
Un equipo conjunto de la Policía y la Fiscalía se encargó de la investigación y revisión de pruebas. Fue gracias a las cámaras de seguridad de la zona que se pudo localizar e identificar al homicida.
¿Por qué lo hizo?
Según el Instituto de Medicina Legal, el agresor se identificó como Juan Ángel Gómez Chavarro, de 22 años. Tras una serie de preguntas se estableció que padece de una fuerte aversión hacía los perros.
El atentado se desencadenó porque la mujer asesinada era dueña de unos perros que, según el testimonio del homicida, ladraban mucho, por lo cual la atacó con objetos contundentes, fracturándole el rostro y asfixiándola con bolsas plásticas introducidas en su boca.
Este trágico suceso ha conmocionado a la comunidad de Palmira, que exige justicia y seguridad en sus calles.
En Colombia, un hombre quita la vida a su vecina debido a sus latosos perros pic.twitter.com/gfCBQYccVE
— F Zea Express (@FZExpress) September 27, 2023