“Bueno, hombre, es que los españoles nos quejamos de todo, de otra forma no seríamos españoles”.
Fue lo primero que contesto el simpático madrileño que nos subió en su impecable taxi en la parada de la “Puerta del Sol” rumbo a Las Ventas en un incandescente 15 de mayo, día de San Isidro: el santo patrono; justificante de la Feria Taurina más importante del mundo.
La elocución sobrevino a partir de un comentario sobre la alta calidad de sus transportes públicos: trenes, metros y, por supuesto, taxis. Para no alargar mucho la discusión-plática-debate, indispensablemente aleccionadora, solo le respondí al interlocutor: “estimado amigo, usted se puede quejar todo lo que guste, pero este mexicano, los felicita efusivamente porque son de los mejores a nivel planetario, al igual que su jamón”.
PD I
Por cierto, ese día el torero de mi país, Isaac Fonseca, confirmo de forma por demás digna su alternativa en la Plaza más importante del universo taurino. Llegó históricamente acompañado de toda su cuadrilla, precisamente en un autobús público, como se aprecia elocuentemente en la gráfica que engalana la presente colaboración.
PD II
Sin embargo, de la docena de maravillosos conductores que nos han guiado por Madrid, este resultó el primero, de la madre patria, que me dio un par de lecciones sobre derecho internacional, de entre ecuatorianos, venezolanos, dominicanos, peruanos y hasta un ilustrado rumano, que tuvimos la suerte de conocer entre traslados.
Amo la migración…
Carlos Mora Álvarez es especialista en temas migratorios y en comunicación política y estrategia.