La pérdida en zonas boscosas puede poner en riesgo críticamente la diversidad del país.
Susan Gardner, directora de la División de Ecosistemas del Programa del Medio Ambiente de la Organización de las Naciones Unidas (PNUMA), comentó que México puede tener un rol activo para atender crisis planetaria.
En entrevista para Excélsior, Gardner asegura que en materia ambiental, el mundo enfrenta una triple crisis planetaria conformada por la interconexión de tres fenómenos, el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad.
“Cuando hablamos de esto, hablamos de áreas que están relacionadas. Sabemos que los cambios de temperatura son más frecuentes ahora, el mundo está produciendo 11 millones de toneladas de plásticos que se van al océano, y más de un millón de especies amenazadas con la extinción”.
Susan Gardner, directora de la División de Ecosistemas del Programa del Medio Ambiente de la Organización de las Naciones Unidas.
“Esas son las tres crisis planetarias actualmente en las que nos enfocamos en Naciones Unidas. Tenemos que encontrar soluciones”, agregó la especialista, quien tiene más de dos décadas de experiencia en ciencia y política ambiental.
Gardner, quien ha trabajado tanto para el gobierno mexicano como para el estadunidense, planteó soluciones en la agricultura.
Esta actividad es uno de los principales motores de la deforestación y si se cambian los sistemas de la agricultura, se podrían reducir las emisiones climáticas y proteger la biodiversidad, explicó.
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Su visita a nuestro país se realiza en el marco de la realización del Inventario Nacional de Fuentes de Contaminación Plástica (INFCP) en México, el primer ejercicio sobre la contaminación plástica, que arroja información para el diseño del Plan Nacional de Acción sobre Residuos Marinos y Contaminación Plástica (PLAN REMAR), la toma de decisiones, la implementación de estrategias y su evaluación.
Para los ciudadanos, la experta propone:
Pueden tener poder para el cambio ambiental, demandar información sobre los productos que tienen disponibles, cómo gastan su dinero, cómo eligen su alimentación quienes viven en seguridad alimentaria. Pueden ser consumidores informados, compartir información, soluciones y entender la urgencia y la necesidad de actuar.”