La Policía de Tailandia reabrió la investigación sobre la muerte de una turista belga que fue encontrada ahorcada el pasado 27 de abril en la selva de la isla Koh Tao y que, según revela su madre, estaba “medio devorada por los lagartos”.
En un principio, las autoridades consideraron que Elise Dallemange, de 30 años, se había suicidado, pero más tarde aparecieron nuevos detalles que sugerían que su muerte podía deberse a otras causas.
Así, se reveló que Dallemange tenía una reserva de un boleto para viajar a la provincia de Chumpon y que su equipaje había llegado, lo que apunta a que la turista no tenía intención alguna de poner fin a su vida.
Lo mismo afirma la madre de la viajera, Michele van Egten, que opina que su hija fue asesinada. Unos días antes de ser hallada muerta, Dallemange dijo a su madre que pensaba volver a Bélgica en breve. Además, detalla que su hija planeaba tomar un ferry para dirigirse a la capital del país, Bangkok, agregando que los investigadores no encontraron ninguna nota de suicidio.
Dallemange llevaba de viaje en Asia desde casi dos años y medio antes de ser encontrada sin vida. Su fallecimiento es el último caso conocido de fallecimientos de extranjeros que se producen en Koh Tao, conocida como la ‘isla de la muerte’.
El caso de Elise sería séptima muerte de una serie ocurrida en los últimos años, donde los turistas fueron los protagonistas.; y es que, detrás de la belleza paradisíaca de la isla emerge una mafia macabra local que organiza fiestas a las que los mochileros suelen acudir. Por esta situación, el lugar ya es conocido localmente como “La Isla de la Muerte”, un nombre poco seductor para atraer a forasteros.
Koh Tao atrajo las miradas a partir de los asesinatos de Hanna Witheridge, de 23 años y David Miller, de 24 en septiembre de 2014, que fueron encontrados sus cuerpos semidesnudos en la playa. La joven, antes de ser ultimada, fue violada.