Nos preocupamos más por el fútbol que por el 2018
Bien dice Abraham Zabludovsky que el himno nacional debería de ser modificado y decir: “…un técnico en cada hijo te dio”.
Después de la derrota de México ante Portugal en las redes sociales, en la calle, en las mesas de los restaurantes y en las casas, no hay otro tema más que, sesudos análisis sobre las causas de la derrota de la selección. El señor Juan Carlos Osorio, es más nombrado que su tocayo de Cobián. Sobre su persona hay la más grande variedad de análisis. Van desde la psicología del cambio de jugadores hasta su “enmuinamiento” por un presunto penalti cometido en contra de nuestro glorioso equipo.
Los análisis no se acaban en la persona del entrenador nacional, se siguen para salpicar la actuación de Ochoa, cancerbero del infierno, de la mano pachona de Layún y por supuesto del arbitro que, de nueva cuenta nos robó el pequeño pedazo de gloria reservado para el tercer lugar de una competencia de 8.
Me tocó escuchar y leer obras completas llenas de pasión y estadística. Concienzudos análisis que tenían cifras exactas, fechas, lugares, minutos de fallas y goles, entre muchos otros datos que solo puedo traducir en tiempo y trabajo.
Mientras todo esto pasa, le cuento, tan solo en 24 horas este fin de semana ejecutaron a 30 personas en un solo estado del país, en Sinaloa. Esta macabra cifra incluye la muerte de hombres, mujeres y hasta un niño. En Michoacán asesinaron al comandante Rogelio Arredondo, quien fungía como director de Investigación y Análisis de la Fiscalía regional de Morelia. En Los Cabos y La Paz entre el viernes y el sábado fueron asesinadas 8 personas, en un destino que era un santuario para viajeros de todo el mundo. Esto es solo una pequeña probada de la violencia que estamos viviendo. Podría llenar esta columna con notas sobre homicidios cada vez más violentos y atroces.
Lo anterior de ninguna manera se puede separar de la inmovilidad de nuestros senadores que se traen un cachondeo padrísimo con el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA). Entre uno y otro se culpan por no nombrar fiscal anticorrupción. Al Senado de la República le ha importado un carajo que la fecha límite para implementar en su totalidad el Sistema Anticorrupción sea el 18 de julio o sea en escasos 16 días. Ellos están más preocupados dando encendidas opiniones y entrevistas sobre el 2018. Ese maldito 2018, el que seguro llegará pero no puedo imaginar en que estado va a encontrar a México, supongo que mientras estemos más preocupados por las razones de Osorio para tanto cambio, que en la falta de explicaciones del otro a tanta escucha, será en estado comatoso.
En ninguna de las charlas, en casi ninguna red social he leído un análisis ciudadano sobre este fin de semana muy violento. No veo exigencias de destitución en contra de nadie por no implementar en un país infestado de ratas, el SNA. No veo estadísticas y puntuales datos al respecto de la pobreza y sus causas. Me dirán que eso no es responsabilidad de los ciudadanos, que eso le toca al gobierno. Como yo le diría que sí el entrenador tricolor es incompetente y palurdo, le toca analizarlo a la Femexfut. Pero le tengo noticias, si Juan Carlos Osorio se queda en el equipo, si lo cambian y traen a Pep Guardiola, y este último nos hace campeones del mundo, cobrando venganza en contra de los chocantes alemanes, y les ganamos 28-0 y les pasamos por encima a los chilenos y aplastamos a portugueses, españoles y brasileños, usted no correrá menos peligro de ser asaltado. Un delincuente que mate a su familia tendrá la misma chance de 1.5 por ciento de ser declarado culpable de un crimen que habrá hecho pedazos su vida. Los pobres de Chiapas, Guerrero y Oaxaca, vaya de todo el país, no tendrán aseguradas tres comidas diarias, no podrán morder la copa FIFA por más de oro que sea, y los gobernadores virreinales se seguirán gastando el dinero de sus impuestos en elecciones de su partido, en viajes y ranchos y se seguirán riendo de nosotros desde Guatemala.
Me encantaría que esa pasión, que la cantidad de tiempo que le dedicamos a la tertulia futbolera, se la dedicáramos a analizar la realidad del país y en quién demonios convertiremos en presidente de México en un marco complejo, como nunca en nuestra historia.
Esa pulcritud con la que nos organizamos para ver un partido de fútbol, la minuciosidad de la elaboración de viandas, de compra de cerveza y de bebidas varias. La logística de la invitación, el puntual checado que la señal se reciba con perfección en nuestro receptor. La profunda reflexión para decidir si escucharemos la homilía “socceriana” del doctor García o del “Cuchito” González. Si todo lo anterior lo dedicáramos con el mismo interés y acuciosidad a analizar a nuestro país y su preocupante realidad, le aseguro que hubiéramos tomado mejores decisiones en el pasado, estaríamos listos para presionar y pedir acciones en el presente y lo más importante, estaríamos perfilado un mejor futuro para nosotros y nuestros hijos.
Mientras tanto, nos duele más un empujón a Héctor Moreno en el área portuguesa, que el empujón que nos van a dar en el 2018 sino somos serios y hacemos una elección responsable.