La cifra de muertos por el terremoto de 7.8 grados de magnitud aumentó a 35 mil 224, mientras aún continúan las labores de rescate en ambos territorios.
Una semana después del terremoto del 06 de febrero del año en curso que sacudió a Turquía y Siria, el número de muertos aumentó a 35 mil 224 muertos, de ellos, 31 mil 643 pertenecen a Turquía y 3 mil 581 a Siria. Por lo que este terremoto se considera el quinto más mortífero desde inicios del siglo XXI.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) denunció el fracaso del envío de ayuda para Siria, país en donde el registro de víctimas permanece estable desde hace días, con lo que en cada día transcurrido disminuyen las posibilidades de encontrar sobrevivientes.
En la localidad de Kahramanmaras, en Turquía, han sido instaladas 30 mil tiendas de campaña y hay 48 mil damnificados en escuelas, así como 11 mil 500 personas albergadas en centros deportivos.
En siete zonas de la provincia los rescatistas han terminado sus labores.
La ciudad turca de Antakya, conocida como “Antioquía” en la antigüedad, quedó devastada y la mezquita más antigua del país fue derribada por el terremoto.
“Era un lugar preciado para todos nosotros, turcos y musulmanes. La gente tenía la costumbre de venir aquí antes de hacer el peregrinaje a la Meca”, mencionó Havva Pamukcu.
El vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay, señaló que 108 mil edificios fueron dañados en toda la zona afectada por el sismo, 1.2 millones de personas están siendo albergadas en habitaciones estudiantiles y 400 mil damnificados fueron evacuados de la región.
Noroeste de Siria con ayuda insuficiente.
En Siria, la situación es más compleja, el Bab al Hawa es el único punto por el que puede entrar ayuda internacional a zonas bajo control rebelde después de la guerra civil iniciada desde 2001.
Los suministros son de vital importancia en un país donde el sistema de salud y la infraestructura están en ruinas tras el conflicto entre el gobierno de Bashar al Asad con varios grupos rebeldes que controlan parte del territorio.