La semana pasada, Bolsonaro rompió semanas de silencio postelectoral para decir que su situación “me duele el alma”
Al menos trece vehículos, entre ellos cinco autobuses, fueron quemados total o parcialmente por radicales bolsonaristas y una persona resultó herida en los disturbios ocurridos la noche del lunes en Brasilia, según un balance preliminar del Cuerpo de Bomberos.
Un grupo de seguidores ultras del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, prendieron fuego a ocho camionetas tipo van y cinco autobuses en la región central de la capital del país, que este martes amaneció con la seguridad reforzada y cortes al tránsito en algunos puntos.
También destrozaron fachadas de edificios, derribaron señales viales y prendieron fuego a botes de basura en una zona hotelera donde se hospeda el presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva, que horas antes había recibido el diploma por su victoria en las elecciones de octubre. Hasta el momento, no hay información sobre detenidos.
Los altercados empezaron en torno a una sede policial y como respuesta a la detención de un líder indígena de ideología bolsonarista, acusado de instigar protestas de cariz golpista.
José Acácio Serere Xavante fue detenido por orden de la Corte Suprema ante las sospechas de que organizó “manifestaciones antidemocráticas en diversos lugares de Brasilia“.
La policía federal dijo que los “disturbios” cerca de la sede estaban siendo manejados con el apoyo de las fuerzas de seguridad de la capital. La violencia se desató después de que un simpatizante de Bolsonaro fuera detenido por presuntamente organizar “actos antidemocráticos” violentos, según el juez que ordenó su arresto.
Victoria de Lula
Más temprano el lunes, el Tribunal Superior Electoral (TSE) certificó la victoria electoral del 30 de octubre del rival izquierdista de Bolsonaro, Luiz Inacio Lula da Silva, como presidente. Después de meses de insinuaciones infundadas de que el sistema de votación de Brasil es vulnerable al fraude, Bolsonaro no reconoció la derrota de Lula ni bloqueó formalmente el traspaso del poder.
Pero algunos de los partidarios más acérrimos del presidente bloquearon carreteras en protesta y acamparon frente a los cuarteles del ejército, pidiendo un golpe militar para prohibir a Lula de ocupar el cargo. Cientos de simpatizantes de Bolsonaro se reunieron frente a la residencia presidencial el lunes por la tarde con pancartas que pedían una “intervención militar”. El presidente se unió a ellos para una oración pública, pero no se dirigió a la multitud.
La violencia en Brasilia se produjo después de que el juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, que ha liderado las investigaciones sobre Bolsonaro y sus aliados, ordenara el lunes el arresto temporal de José Acácio Serere Xavante por presuntamente realizar actos antidemocráticos. Xavante, un líder indígena, se encuentra entre los partidarios de Bolsonaro que protestaron desafiando el resultado de las elecciones del 30 de octubre.
“No puedo aceptar criminales reinando en Brasil”, tuiteó Xavante el mes pasado. “Lula no puede ser certificado”.
La semana pasada, Bolsonaro rompió semanas de silencio postelectoral para decir que su situación “me duele el alma”.
En un comunicado, la Corte Suprema dijo que Moraes “decretó la detención temporal, por 10 días, del indígena José Acácio Serere Xavante, por indicios de la comisión de delitos de amenaza, persecución y abolición violenta del Estado Democrático de Derecho”.
Dijo que Xavante había liderado protestas en Brasilia y había usado “su posición como jefe del pueblo Xavante para reclutar a indígenas y no indígenas para cometer delitos”, amenazando a Lula y a los jueces de la Corte Suprema. Había “convocado expresamente a personas armadas para impedir la certificación de los políticos electos”, agregó el comunicado.
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