El Parlamento también enmendó la Constitución para mantener la definición tradicional de matrimonio entre un hombre y una mujer, lo que bloquea la igualdad en este aspecto
El Parlamento de Singapur revocó este martes una ley contra la homosexualidad masculina, que databa de la época colonial británica y era criticada como discriminatoria para la comunidad LGBT+. La ley en cuestión castigaba el sexo entre hombres hasta con dos años de prisión, aunque en la práctica ya no se aplicaba. Fue revocada con 93 votos a favor, tres en contra y ninguna abstención.
La Cámara aprobó la revocación de la 377A y la enmienda constitucional en sendas votaciones tras dos días de debate parlamentario, cumpliendo lo que había anticipado en agosto el primer ministro, Lee Hsien Loong, quien afirmó que era “oportuno” despenalizar la ley.
Al mismo tiempo, el Parlamento enmendó la Constitución para fortalecer la definición tradicional de matrimonio entre un hombre y una mujer, lo que cierra la puerta a futuras acciones legales en favor del matrimonio para la comunidad LGBT+.
En vigor desde 1938, la ley contemplaba penas de hasta dos años de cárcel para hombres que “cometan actos de grosera indecencia” con otro hombre, y, aunque lleva años sin aplicarse, su derogación se considera el fin de la criminalización de la homosexualidad en Singapur de forma efectiva.
La derogación de la sección 377A en Singapur se produce después de que India diera un paso similar en 2018, si bien esta aún permanece vigente en otras excolonias británicas, como las vecinas Malasia y Birmania (Myanmar).
El ministro de Interior y Justicia, Kasiviswanathan Shanmugam, dijo al final de los debates el martes que la derogación de la ley fue “lo correcto”, pues no hay “consideraciones públicas que justifiquen que el sexo privado y consentido entre hombres sea un delito”.
El ministro defendió igualmente la enmienda constitucional, pues de lo contrario el concepto de matrimonio tradicional, dijo, podría verse amenazado en los tribunales y con él todas las políticas públicas basadas en dicha definición.
“No hay planes de cambiar esa definición para incluir los matrimonios entre personas del mismo sexo”, enfatizó el ministro de Promoción Familiar y Social, Masagos Zulkifli, cuya oficina promovió la enmienda constitucional. “Los líderes religiosos o cualquier otra persona autorizada a esos fines no puede oficializar una pareja entre parejas del mismo sexo. Eso va contra la ley”, añadió.
Los defensores de la comunidad LGBT+ denunciaron que este tipo de enmiendas promueven una diferencia de trato.
En 2020 la homosexualidad era ilegal en 69 países del mundo, entre ellos 11 donde se contempla incluso la pena de muerte, según un informe de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA).
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CAB